Bailando la geometría sagrada – Parte II

Textos e Ilustraciones: Celia Fernández

Compañía: Patricia Passo

Fotos: Ana Torres

Un viaje simbólico a través del proceso de manifestación

Las primeras divisiones regulares del espacio bidimensional surgen como el Triángulo, el Cuadrado y el Pentágono; de ellos surge lo múltiple, el hexágono, el octágono, el decágono, y el dodecágono, y así sucesivamente, se va multiplicando.

La Física Quántica y muchas religiones Orientales sostienen similares puntos de vista sobre la existencia de campos de energía que emparejan las moléculas (la materia) por su vibración, concediéndole a la forma manifestada, una sola fuente común que todos comparten.

Observar las cosas de esta manera puede inspirar reverencia hacia toda la realidad. La totalidad del universo puede parecer compuesto de moléculas, tejidas como una inmensa matriz. Estos campos de energía presentan una estructura que cuando vibra, nos muestra una forma que es consistente . Así se forma la masa, un medio a través del cual viaja la energía . La unidad de todas las cosas es mostrada.

Este proceso científicamente válido, sustenta todo el arte islámico, el cual traduce el lenguaje metafísico de la Geometría Sagrada al espectador: el círculo de la totalidad, el cuadrado de la tierra, el triángulo de la sagrada trinidad; en el Cristianismo se cree que la trinidad está compuesta por el Padre, el Hijo y el Espíritu santo, en el Islam la trinidad se representa por Alá, Rahman y Rahim, nombres que preceden los suras islámicos.

El fuerte encanto de la estética del arte islámico transciende el tiempo y el espacio, así como las diferencias en idioma, cultura, y credo; y no sólo invita a una mirada más íntima sino que también incita al espectador a aprender más.

La figura bidimensional fundamental en el arte islámico es el círculo . Según el pensamiento islámico, todos los polígonos pueden ser construidos a partir del círculo, y son contenidos dentro de él. No tiene principio ni fin, es un símbolo de la eternidad, de unidad, y de la totalidad . En la cultura islámica, el círculo es también una expresión de justicia, ya que representa la igualdad en todas las direcciones.

Tanto el arte islámico, como los movimientos de la Danza Oriental, se construyen desde el centro de un círculo, que es más sentido que visto.

Otro estilo popular del arte islámico es el arabesco. Un arabesco es un grupo de líneas y formas entrelazadas con el significado de simular las formas de las plantas, incluso las flores, las hojas, y los tallos. La continuidad del entrelazamiento invita alojo a seguirlo, de manera que lo que se ve, es transformado en una experiencia rítmica que va acompañada de la satisfacción intelectual dada por la regularidad geométrica del todo.

De la misma manera en que todas las formas estructurales que nos rodean, parten de un orden científicamente establecido, natural, y como parte de un orden cósmico inmutable, las formas que creamos en la danza, ya sean por los desplazamientos de los bailarines, o los que se ejecutan con el propio cuerpo, pueden ser una forma de ver la evolución de la vida, o representar a través del discurso coreográfico, el universo latente y el manifestado como parte de una geometría, que es la que configura este plano en el que vivimos.

En la sociedad, las artes reflejan los ritmos y pautas que siguen sus integrantes más fuertemente que cualquier otra influencia . La expresión individual y colectiva se vuelve un rasgo adaptable, que trabaja dentro de la armazón del ritmo social, la interacción entre las personas y la comprensión del pasado, el presente y el futuro.

El orden numérico de la Geometría Sagrada, se presenta dentro de un rico contexto de ritmos en el arte del Medio Oriente. Las formas que se manifiestan en todas las ciudades, pueblos y aldeas de esta zona, en la arquitectura (Mezquitas), en el planeamiento urbano, y en los modelos intrínsecos que diseñan los espacios habitables, se convierten en un recordatorio visual de la Geometría Sagrada antigua en la que fueron fundados. Conscientes o no de este fenómeno, todas las personas que viven en estos entornos se ven afectadas por las formas con las que viven. Y de nuevo el círculo, usado en todas estas construcciones, y como símbolo de fertilidad también, es ampliamente utilizado en la danza.

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