La Danza Oriental Terapéutica

El método creado por Patricia Paso

para el entendimiento y la alineación del cuerpo

 

La danza, desde sus orígenes, es una actividad psicofísica. El hombre antiguo percibió los efectos catárticos de la práctica corporal y la utilizó como fuente de comunicación, creación y, sin duda, de expresión de sus sentimientos más profundos. Descubrió en sus propias sensaciones, a partir del ejercicio de esta actividad, que cuerpo, mente y espíritu siempre estuvieron unidos desde el principio.

El entendimiento de que el cuerpo podía ser utilizado como instrumento para conectarse consigo mismo, y de que la repetición de la actividad corporal con el propósito expresivo lo aproximaría a sus antepasados ​​eran evidentes. Tanto es así, que al estudiar la mitología de la creación de las antiguas civilizaciones ancestrales encontramos menciones de la danza como la primera manifestación, el principio de concepción de la vida. Después de años de docencia en la Danza Fusión Oriental, la Escuela Patricia Passo desarrolló su propio método de Danza Oriental Terapéutica (DOT).

El objetivo de la Danza Oriental Terapéutica es ser una herramienta para volver a nosotros mismos. Los movimientos internos, característicos de esta práctica, ayudan a estimular este reencuentro. La técnica de este método DOT, a diferencia de otras modalidades de danzas terapéuticas, se basa en un amplio estudio del cuerpo humano, no sólo desde su anatomía, sino también desde su geometría, sus centros vitales, sus dimensiones, sus alineaciones y equilibrios. Creemos que la armonía corporal y el desarrollo de la conciencia del cuerpo actúan directamente en nuestro bienestar psicofísico. Por eso, esta práctica aumenta nuestra capacidad perceptiva, nuestra conciencia corporal, nuestra fuerza vital y nos permite expresarnos cada vez con mayor libertad y verdad.

Los pilares básicos del método DOT

  • Alineamiento corporal y energético.
  • Estudio y percepción de nuestra estructura corporal.
  • Desarrollo de la conciencia corporal.
  • Estudios de las dimensiones corporales y nuestros cuerpos sutiles.
  • Prácticas de las espirales pélvicas y escapulares, así como su conexión con las espirales ascendentes y descendientes.
  • Toques y manipulaciones dinámicas para reorientar las obstrucciones en los canales corporales.
  • Relación de los centros energéticos del cuerpo con nuestros estados psíquicos.
  • Entrar en contacto y percibir los patrones corporales adquiridos.
  • Empoderamiento de la mujer y conexión con el principio del sagrado femenino.
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