Tesina: Lucia Gallego Andrés
Diploma Universitario en Danza Oriental 2012/2013
Bilbao, Octubre del año de la serpiente 2013
5. OTRAS CULTURAS DEL MUNDO
“Vinieron con sus artefactos de destrucción
a romper el vínculo sagrado con la tierra
a quebrar su lengua
para negar su identidad radical.
Vinieron el jinete calculador
sobre el caballo negro del poder
y en nombre de la eficacia
mataron a seiscientos mil hijos del maíz
que con ellas vivían.
Eran con las mujeres un proyecto infinito.
Las cuidadoras participaban del destino de los hombres…)
Conavigua (Confederación Nacional de Viudas de Guatemala)
Carmen Campelo, 2012
5.1. AFRICA
En la mitología Africana, la serpiente es símbolo de realeza. En la cultura Fon, en Benin, hay un culto muy importante a la sagrada pitón y las serpientes son asociadas con la fertilidad, la lluvia, el arco iris, el trueno y el relámpago.
Benin es un país que se encuentra en el África occidental y cuya riqueza cultural es debida a la presencia de numerosas etnias como los Yoruba, Aizos, Padah, Mina, Fon, Adja, Taneka, etc. Es famoso por haber sido un importante centro del tráfico de esclavos (principalmente de las etnias Fon y Yoruba) desde el siglo XVII al XIX. La ciudad de Ouidah, pueblo costero de población mayoritaria de la etnia Fon, fue el centro de venta más importante de África.
También es conocido por ser la cuna del Vudú o Vodun (en lengua Fon “lo inefable”, “lo místico”). En esta religión los dioses son representados por fenómenos naturales como el mar, la luna, el fuego o los árboles. La veneración a Dangbe o Dangwé, el dios-serpiente, y en especial a la pitón que es su ancestro, está muy extendida en Ouidah, ciudad del antiguo reino de Xwéda. Aunque Dan o Dangwé son deidades distintas, en realidad Dan está asociado con las serpientes en general y Dangwé con la pitón real, se han fundido en algunas culturas. Para los Fon las pitones son poseedoras de salud, buena suerte y cosechas y responsables de la continuidad de su etnia. Existen Templos de pitones custodiados por sacerdotes iniciados y está totalmente prohibido matarlas e incluso molestarlas (Fig. 63). Dangwé es la deidad de la
prosperidad y del dinero y la pitón sería su forma visible y todas son sagradas en su templo (125).
Existe en Ouidah un bosque sagrado, llamado Kpassé, que tiene multitud de estatuas de los dioses del Vudú siendo una de ellas de Dan y otra de una serpiente que se muerde la cola, el ouróboros (Fig. 64). En este aspecto a Dangwé se le considera también el dios de la inmortalidad, de la duración de las cosas y de la preservación de la vida.
Entre los siglos XVI y XIX compañías comerciales holandesas, británicas, francesas, danesas, portuguesas y españolas compitieron por el dominio del comercio de esclavos en África. La rivalidad entre los estados africanos fue muy violenta ya que este comercio implicaba riqueza y poder. En Benin en 1727 el reino de Dahomey se apoderó de este comercio en detrimento de los Allada y Xwéda que fueron reducidos y esclavizados (126).
Uno de los mayores negreros fue un brasileño Francisco Felix de Souza “Chachá” (el mejor o el primer amigo del rey) que gracias a una alianza con el rey Guezo en 1818 tuvo la exclusividad de este comercio durante casi medio siglo. Se dice que fue el hombre más rico del mundo en el siglo XIX. La mayoría de esclavos llegaban a Brasil y al Caribe. Hoy en día existe en Benin una dinastía apellidada Souza y se calcula que más de dos millones de personas descienden de Souza ya que llegó a tener un harén con 1000 esposas. Y conservan la dinastía y el título de “Chachá” . Muchos de los descendientes de esclavos volvieron de Brasil a Benin y son denominados “agudás” (127).
La religión Vudú a través del tráfico de esclavos llegó al continente americano y fue la base del Candomblé en Brasil, de la Santería en Cuba, del Vudú en Haití y del Hoodoo en el sur de Estados Unidos. En estas religiones también aparecen las serpientes como símbolos y así en el Vudú haitiano, el dios Simbi cuyo símbolo es una serpientes la deidad patrón de los manantiales, lluvia, y magos.
Existe otra diosa muy venerada en el Oeste, Centro y Sur de Africa que se llama Mami Wata (Fig. 65). También es una divinidad muy apreciada entre la población descendiente de africanos en el Caribe y Norte y Suramérica. Representa el espíritu del agua y es a la vez belleza, protección, seducción y peligro. Aunque en principio era representada mitad mujer mitad serpiente, también puede ser sirena. A veces puede tener la forma de una encantadora de serpientes y ser representada con una gran serpiente (símbolo de la divinidad). En su representación hay influencias de antiguos espíritus de aguas africanos, e sirenas europeas, de dioses y dioses hindús, y de santos cristianos y musulmanes. Es sexy, celosa, y seductora y existen muchas variaciones e identidades distintas como mami watas pero también en algunos casos como papi watas (128).
Mami Wata tiene sus raíces en la tradición y mitología del sudeste de Nigeria pero la podemos encontrar no sólo en África sino en otras muchas culturas como Haití, Brasil o República Dominicana como Lasirèn, Yemanja (diosa madre en la tradición Yoruba), Santa Marta la Dominadora, Oxún, La Baleine, Agwe, Simbi, Watra Mama, etc. Uno de sus atributos es la de atraer a la fortuna y por ello se cree que su presencia se ha ido desarrollando desde los siglos XV al XXI debido al aumento de comercio entre África y el resto del mundo.
En sus características puede representar a la madre nutricia, o la madre sexy, proveedora de fortunas, sanadora de enfermedades físicas y psíquicas, personificación de peligros y deseos, riesgos y cambios, sueños y aspiraciones, miedos y presentimientos. Es por tanto capaz de representar a la vez posibilidades de deseos infinitos y destrucción.
En algunas tradiciones puede estar asociada con el sexo y la lujuria en algunos casos unida a fidelidad o en otros como en la tradición nigeriana a las mujeres sexualmente promiscuas o a prostitutas.
Esta deidad ha asimilado espíritus acuáticos nativos en otras regiones de África también representados originariamente como serpientes y en la actualidad también como sirenas.
5.2. AMÉRICA
5.2.1. América central: Mayas y Aztecas
5.3.1. Quetzalcóatl, la serpiente emplumada
En Centroamérica existían muchas civilizaciones como Toltecas, Mayas, Aztecas, Olmecas, Chichimecas, etc. pero fueron las culturas Azteca y Maya las que tuvieron mayor trascendencia. Los Aztecas se referían a sí mismos como los Méxica. A pesar de ser culturas distintas, el panteón Maya y Azteca era complejo y en muchas ocasiones se confunde.
La serpiente fue muy importante en su religión y hasta nuestros días has sobrevivido muchas esculturas de piedra representándola. La mayoría eran serpientes de cascabel representadas en la postura de preparación para el ataque. En nahuatl, el idioma de los Méxicas, serpiente es coatl y está asociada a diferentes dioses como Quetzalcoatl (Serpiente Emplumada), Xiuhcoatl (Serpiente de Fuego), Mixcoatl (Serpiente de Nube) o Coatlicue (la de la Falda de Serpientes) madre del dios Huitzilopochtli. También se tallaban serpientes como elementos de arquitectura como paredes de serpientes que delimitaban recintos sagrados de áreas ceremoniales como en el Templo Mayor de Tenochtitlán, capital de los Mexica (Figs.
66 y 70).
La serpiente era un símbolo religioso muy importante de fertilidad y de aguas dadoras de vida, de la sangre de los sacrificios, de la habilidad y de la astucia. La Serpiente Emplumada era el mismo dios y con la misma representación entre los aztecas y los mayas sólo que con nombres diferentes, Quetzalcóatl y Kukulcán repectivamente. En el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas quichés, el relato de la creación habla de Gucumatz o la “Soberana Serpiente Emplumada” dios del mar que llamó la atención con sus destellos azules de Huracán, dios del cielo, ambos grandes sabios y que poseían gran conocimiento. Resultado de su conversación surgió la vida y el mundo tal y como lo conocemos.
El nombre Quetzalcóatl se compone de dos palabras en náhuatl que pueden tener dos significados: Quetzal puede ser “pluma verde” o “preciosos” y cóatl “serpiente” o “gemelo”. Este doble significado como “serpiente emplumada” o “gemelo precioso” demuestra también el concepto de la dualidad característico de las deidades mesoamericanas en general. Es un dios del aire y del sol. Fue el fundador de la agricultura, metalurgia y otras artes, fertilidad, vida, sol, viento, agua, lluvia, trueno e iluminación. Se le creía el inventor del calendario ritual. Y, en forma de hormiga, es el que llevó la planta del maíz a los seres humanos. Podía adoptar formas simultáneamente y así podía ser el pájaro quetzal o bien una serpiente (129).
Quetzalcoatl era el único dios del panteón azteca que se podía reencarnar en la persona del príncipe monarca de Tollán y de aquí su asociación con el sabio gobierno y las cualidades regias. Los gobernantes se adornaban con plumas del pájaro quetzal y así se podían considerar como representantes del dios en la tierra. Era por tanto protector de los reyes y sus familias Considerado Dios y hombre, hombre y serpiente, era el dios de la dualidad. Su culto se remonta en la antigüedad y la imagen más antigua que se conserva data del año 800 a. C. siendo mucho tiempo antes que la contrucción de la pirámide templo del dios en Teotihuacan en el siglo III d. C.
La conexión con la fertilidad es muy clara en el mito azteca de su concepción y nacimiento. Quetzalcoatl nació de Cihuacóatl, diosa de la fertilidad y de la tierra cuyo nombre significa “mujer serpiente” y cuyo padre fue el dios de la caza Mixcóatl o “serpiente de nube” (130).
Quetzalcoalt está relacionado con la luz del día, el pensamiento puro y la vida sana y su enemigo era Tezcatlipoca vinculado a la noche, el engaño y los ciclos de violencia.
Finalmente éste le derrotó y la serpiente emplumada tuvo que huir por el mar, en lo que hoy es el Golfo de México, en una balsa formada por todas las serpientes de la zona pero con la promesa de volver y formar otra vez el glorioso reino de Tollán. Las predicciones situaron ese momento en el año I-Junco, que fue casualmente el año que Hernán Cortés llegó allí.
Los mayas de Yucatán adoraban a la serpiente emplumada como Kukulcán, el dios del viento, de la luz y de las aguas con ciertos atributos solares. Y se le honraba especialmente como el dios del trueno. En el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, era el dios del mar y se le adoraba como un dios de las aguas superficiales capaz de provocar inundaciones (131).
En la mitología azteca otra diosa importante es Coatlícue o la de la falda de serpientes, diosa de la tierra y de la luna y madre del dios de la guerra Huitzilopochtli y también de Queztalcoatl. También se creía que se apropiaba del cuerpo de los muertos (Fig. 69).
En la mitología maya a la diosa de la luna Ixchel consorte de Itzamná, señor de los cielos y dios de la escritura y los libros, se la representa como una mujer con una serpiente como tocado. Es la diosa del parto, del tejido y de la luna. También tenía una faceta negativa y representaba al agua como elemento destructor (132).
La Serpiente Emplumada también era la responsable de la creación del pulque que era una bebida alcohólica sagrada que se utilizaba en las ceremonias religiosas. Su objetivo era alegrar a los hombres y mujeres para que bailaran y cantaran al final de su trabajo. Así decidió regalar a los humanos una bebida que avivara sus espíritus. Incluso el cactus de la pita según la leyenda nació de las lágrimas de Quetzalcóaltl por la muerte de su amada Mayáhuel, diosa de la belleza encantadora (Charles Philips, p. 204-205).
Otra deidad frecuentemente representada con serpientes era Tlazltéotl, diosa madre de la fertilidad relacionad con el parto, las inmundicias, los excrementos y la lujuria (Fig. 68). Se le solía representar habitualmente en la posición de cuclillas (típica de parto) o montando la serpiente de la sexualidad (Charles Philips, p. 208-209).
En la mitología Tolteca, el cielo se simboliza con el dios del sol mirando hacia fuera de las fauces de una serpiente.
La importancia de la serpiente en la vida de mayas y aztecas era tal que nos encontramos múltiples representaciones siendo las más destacadas las construcciones de las pirámidestemplo como esculturas en piedra o pinturas en las paredes, en adornos regios y ceremoniales como máscaras, pectorales, cinturones, en cuchillos de sacrificio, etc. y también en códices que milagrosamente pudieron ser salvados de la destrucción de su patrimonio durante la época colonial. Los códices más famosos en los que encontramos imágenes son tanto de origen indígena como de los relatos de los colonizadores y son el Mendoza (hacia 1541), el de Dresde, el Fejérváry-Mayer mixteca-azteca, el Florentino (1575-1577), el de Madrid del periodo postclásico, el Borbonicus azteca, Cospi mixteca (1350-1500), Durán (1579-1581),
etc. (Figs. 67, 68 y 70).
Sin embargo, unas de las representaciones más impactantes se encuentran formando parte de las pirámides templo como en la pirámide de Kukulcán en Chichén Itzá (México, aprox. 525 d. C.), la número IV o de la Serpiente Bicéfala en Tikal (Guatemala) y la de la Serpiente Emplumada de Teotihuacán (México, s. VI) y cabezas de serpiente custodiaban el Templo Mayor de Tenochtitlán, capital de los méxicas.
En Chichén Itzá en la gran pirámide de Kukulcán se puede contemplar el descenso de la serpiente (juego de luces y sombras que crean la ilusión óptica que permite ver el cuerpo de una serpiente que repta desde la cima de la pirámide hasta la cabeza de la serpiente emplumada en la base) durante cinco horas el 21 de Marzo y en el equinoccio de otoño, el 22 de septiembre. La pirámide es en realidad un calendario (Fig. 71).
Mayas y aztecas seguían dos calendarios entrelazados, uno de 365 días y otro de 260 días. El de 365 o xiuhpohualli (“cuenta de los años”) constaba de 18 meses de 20 días, más 5 días al final del año. El de 260 días o tonalpohualli (“cuenta de los días o del destino”) se dividía en 13 ciclos de 20 días y cada uno tenía un símbolo de un animal y un dios asociado. El día 5 era el de la serpiente y estaba asociado a Chalchiúhtlicue, diosa del agua (133). Y también algunos de sus números eran los números serpiente.
No hay acuerdo unánime de si los mayas tenían un zodiaco como el desarrollado en occidente. Sin embargo en algunos documentos hay pruebas a favor de esta idea y así en el códice de París aparecen representados animales colgados de una banda que representa los cielos. Estos animales son un escorpión, una tortuga y una serpiente de cascabel. La constelación de las Pléyades de la tradición occidental era denominada tzab o “cascabel de serpiente”.
5.2.2. América del sur: incas
La civilización de los Incas, cuyo centro fue los Andes Centrales y la región del Titicaca, fue una de las más brillantes de la Historia y de la Humanidad. En la actualidad a este espacio se le denomina Tahuantinsuyu, término rescatado de las antiguas crónicas. Tradicionalmente se habla del Imperio de los Incas, del Imperio de los hijos del Sol o del Antiguo Perú.
Los logros alcanzados son una de las cotas más elevadas de la civilización ya que desconociendo el hierro, la rueda, la escritura y el uso adecuado de los animales de carga, elaboraron una civilización que representó uno de los imperios más grandes del mundo.
Los incas eran una minoría que impuso su dominio sobre un conjunto de pueblos y una de sus mayores preocupaciones fue la legitimación de su poder. La figura del Inca sobre el que recaía el poder tenía que legitimar a su propia figura entre su pueblo y frente a los pueblos sometidos. Tanto en un caso como en otro se hizo mediante la selección de elementos religiosos e ideológicos que se expresaban como símbolos.
Una vez que moría el Inca, el poder se tomaba por la fuerza y había un tiempo de luchas entre los que tenían posibilidades de gobernar. La elección volvía a traer la tranquilidad. Y una vez nombrado el Inca disfrutaba de poder absoluto. Sin embargo algunos investigadores creen que la monarquía estaba organizada de forma dual aunque también hay referencias de un cacique principal y un segundo en el poder (134).
La religión fue elegida para la legitimación por su capacidad para otorgar carácter divino a todo aquello que toma bajo su protección. Hay numerosas crónicas que detallan las facultades mágicas del Inca, así como prodigios que realizan insistiendo sobre todo en el poder sobre las piedras.
Los atributos del inca eran el jaguar y la serpiente (Fig. 72). La leyenda cuenta que estos atributos fueron revelados a Pachacuti en una barra de cristal que vio caer en la fuente de Susurpuquio cuando volvía de Cuzco en donde su padre le había negado el derecho a defenderlo. Dentro de la barra apareció una figura que le dijo “No temas, soy el Sol tu padre; se que has de sujetar muchas naciones…”. De entre sus piernas salía la cabeza de un león o puma, mientras que otro le abrazaba los hombros y una culebra le corría por la espalda. La imagen correspondía al dios Ticci Viracocha Pachayachachi, el creador del mundo, el
verdadero Sol. Numerosos objetos como keros y pajchas o vasijas corroboran este relato que incluso forma parte importante del escudo incaico (135).
La serpiente aparece también en relatos como el que dice que el padre Sol había convertido a Atahualpa, preso por su hermano Huascar, en culebra y así pudo salir de prisión por un pequeño agujero.
Se podría por tanto resaltar la presencia de varias asociaciones simbólicas. En primer lugar Piedra/Inca, en segundo Puma/Inca/Victoria y tercero, Serpiente/Inca/Victoria. Incluso se podría ver en la aparición de la fuente una ceremonia de iniciación ya que el Inca Pachacuti se transforma en un hombre nuevo que se identifica con el dios Viracocha. Y en el caso de Atahualpa a través de la serpiente se remonta otra vez a este relato de la fuente (136).
Entre los atributos artísticos de los antiguos pobladores del Perú no sólo estaban la contrucción de imponentes ciudades de piedra, como Machu Pichu, con inmensos muros perfectamente tallados sino que también fabricaron joyas maravillosas. Además también realizaron los más finos y ricos tejidos de toda la América antigua y modelaron cerámicas muy variadas en formas y colores. Todo esto sin conocer el torno ni hornos cerrados y usando el barro como único material en gigantescas ciudades y templos.
El poder de los dioses se encontraba unido al poder político y se manifestaba en templos y tumbas monumentales. En Perú no existía escritura y el Arte se convirtió en vehículo de expresión y difusión de un muestrario de seres sobrenaturales que estaban presentes tanto en escultura y pintura asociada a la arquitectura como otros soportes completando el programa iconográfico (137).
Las primeras construcciones monumentales parecen ser templos y ya allí había representaciones de seres sobrenaturales con rasgos de felinos, serpientes, halcones, caimanes y otros animales y vegetales. Un ejemplo son los Templos Viejo y Nuevo de El Castillo (Fig. 73).
En arquitectura de adobe Chan Chan, capital del reino del Gran Chimú en la costa norte muestra muros de hasta nueve metros de altura y tres de espesor decorados con gigantescos frisos de motivos geométricos o animales esquemáticos.
Los textiles, fabricados en algodón y lana, también tuvieron una enorme importancia. Se fabricaban para ropa y también para mantos gigantescos funerarios decorados con sorprendentes seres mitológicos. Los más conocidos son los mantos Paracas-Nazca con dibujos de plantas, animales, figuras humanas, cabezas cortadas pero destacando la presencia de seres fantásticos mezcla de humanos y animales (Fig. 74).
La cerámica aparece en Perú en torno a 1800 a. C. y estaba hecha a mano. La forma más habitual era de botella con multitud de variantes. En la cerámica Nazca se decoraban con pinturas policrómicas de carácter simbólico con seres fantásticos como el ser mítico antropomorfo, el boto u orca, mítico, el gato moteado, el pájaro horrible, la criatura serpentiforme o la harpía. Los Nazca utilizaron la cerámica y textiles para transmitir sus creencias, de sus seres sobrenaturales relacionados con la naturaleza y con la agricultura y fertilidad. También hay otra tradición de cerámica escultórica en la que el cuerpo se convierte en una figura humana, animal o vegetal (Fig. 75). Este tipo de cerámica, junto con cerámica
pintada de tonos rojizos, era frecuente en la cultura Moche. Las escenas pintadas eran en movimiento y con un elevado realismo.
Los Sican y Chimú realizaban cerámicas monocromas cuya decoración era por medio de incisiones o modelado.
Los primeros datos de orfebrería se remontan a 1500 a. C. En Perú tenía características de metalurgia por su amplio conocimiento de metales y el dominio de las aleaciones de oro, plata y cobre. Para ellos el oro era el sudor del sol y la plata las lágrimas de la luna. Uno de los efectos buscados era dar impacto dramático a los edificios y se cubrían paredes enteras de templos y palacios con grandes láminas de oro o plata. Se utilizaban técnicas de martillado y repujado, aunque más tarde también la fundición al vaciado. Entre los objetos más detallados están las joyas del rescate de Atahualpa, las paredes de oro del Templo del Sol en Cuzco, el Coricancha con sus jardines de plantas y llamas en oro y plata. Y en tumbas se han encontrado narigueras nazca, láminas recortadas con cabezas de serpiente, collares del Señor de Sipán, orejeras y mosaicos de piedras preciosas. También vasijas de oro y plata similares a las botellas de cerámica de Sican de donde proceden también los tumis o cuchillos-hacha rituales (138).
En Perú también se han encontrado construcciones de tamaño descomunal y de forma de serpiente y cuyo origen no ha sido todavía determinado. Son las líneas de Nazca y la “huella de la Serpiente o Montesierpe todos ellos en la región de Ica.
La líneas de Nazca son dibujos de animales hechos con líneas realizadas por la técnica de barrido que se cree fueron hechos por los antiguos peruanos alrededor de 1000 d. C. utilizando métodos de escala con cuerdas para poder realizarlos a proporciones gigantescas. Casi la mitad de las figuras están constituidas por espirales y diseños concéntricos. En la categoría de reptiles hay un lagarto, una iguana y una serpiente.
La “Huella de la Serpiente” se ve también desde el aire y semeja una serpiente gigantesca que se arrastra por los cerros hasta las cumbres. Está a unos 145 Km. de las pampas de Nazca.
Esta constituida por hoyos circulares hechos en el suelo con diámetros que van desde los 80 cm a los 2 metros. Y tiene 2 Km. de largo por 15-18 m. de ancho. Hay más de 5000 hoyos unos circulares y otros cortados para delimitar el cuerpo de la serpiente. A última hora de la tarde la sombra de los hoyos hacen que tengan aspecto de escamas. Se han encontrado dos necrópolis con enterramientos y restos humanos y textiles al principio de la serpiente. Se cree que pertenecieron a una ocupación Inca tardía.
6. DEL SIGLO XIX A LA GLOBALIZACIÓN
“Aquellos fueron los años cuando los artistas sintieron la
necesidad de renacer. Para ello tuvieron que encontrar su camino
yendo hacia atrás, hacia la naturaleza otra vez, hacia lo
primitivo, y por encima de todo, hacia sí mismos”
Walter Sorell, Dance in its Time
6.1 CONTEXTO HISTÓRICO
Durante el siglo XIX la Revolución Industrial transformó drásticamente la sociedad del mundo occidental y durante la segunda mitad del siglo el cambio se hizo más evidente gracias a una serie de transformaciones sociales y culturales.
Las máquinas fueron sustituyendo al hombre y los sistemas de producción fueron mucho más eficaces. Se pasó progresivamente de un modelo económico basado en la agricultura a la industria lo que trajo el crecimiento de las ciudades. Se desarrollaron las comunicaciones y los transportes lo que modificó la apreciación del tiempo y del espacio y la percepción visual. Los progresos en Medicina disminuyeron la mortalidad y aumentaron los nacimientos con lo que la población aumentó de manera rápida.
En el último cuarto del siglo XIX surgieron numerosos inventos y descubrimientos que mejoraron diferentes aspectos de las artes como la película para fotos, cámara fotográfica, bombilla incandescente, máquina de coser, teléfono, fonógrafo, etc.
Los movimientos artísticos de este periodo fueron Arts &Crafts, Impresionismo, Japonismo, Escuela de Chicago, Naturalismo, Pos y Neoimpresionismo, Simbolismo-Arte Naïf, Art Nouveau, Nabis y Cloisonismo siendo el inicio de las vanguardias artísticas (139). En común, el espíritu de cambio y modernidad y la búsqueda de un estilo más en relación con la naturaleza y el ser humano.
Durante el siglo XIX se generó también una corriente de Orientalismo, resultado del proceso de colonización. Oriente se puso de moda y se traducen textos budistas e hinduistas, los museos mostraban colecciones de arte asiático, los teatros presentaban espectáculos chinos, filipinos, japoneses, etc., se fabricaban objetos de uso doméstico de inspiración oriental, e incluso en Nueva York se puso de moda la “danza del vientre” entre 1890-1900. Las Exposiciones Universales de Chicago, París o Londres mostraban danzas turcas, egipcias, hindús y objetos procedentes de exóticos países que aumentaron el interés y sirvieron de inspiración a artistas de la época.
Con estos antecedentes, el siglo XX comienza con una actitud muy optimista y con la idea de hegemonía del viejo continente desde el punto de vista técnico, artístico e intelectual marcada por el dominio financiero y colonial. La burguesía asentaba sus valores en el trabajo y el dinero y se confiaba que los avances técnicos y médicos supusieran la paz duradera. Sin embargo la primera guerra mundial hizo tambalearse el equilibrio mundial, económico, político y social pero sobre todo moral e intelectual y en Europa se redibujaron nuevos estados tras la desaparición de los Imperios alemán, ruso, astro-húngaro y otomano.
Fue una época de enfrentamientos ideológicos, de crisis económica e incertidumbre que fueron radicalizando posiciones políticas en gran parte de la población. En contraposición a la revolución comunista y obrera surgieron los movimientos nacionalistas con soluciones totalitarias. Y así el fascismo y el nazismo fueron tomando posiciones en la población de clase media conservadora y campesinos y obreros parados fruto de la Gran Depresión del 29. Y así Mussolini y Hitler instauran regímenes totalitarios en Italia en 1922 y en Alemania en 1933 que provocaron la II Guerra Mundial.
En el campo artístico el siglo XX da lugar a la ruptura de los valores tradicionales de belleza, color, forma y espacio. Los artistas buscan expresar un espíritu de modernidad y romper con los cánones clásicos. Por encima de todo se buscaba ser moderno y original y la verdadera función del Arte será la representación del mundo interior y de las emociones (140).
Entre 1905 y 1914 surgen las vanguardias históricas con el Cubismo, Expresionismo, Fauvismo, Abstracción, Dadaísmo, Surrealismo, etc. en los que priman la variedad de estilos y el carácter experimental aunque en todos ellos había una serie de características comunes como: a) la búsqueda de la innovación y de la libertad; b) una actitud provocadora; c) la liberación del color y ruptura de líneas, formas y perspectiva tradicionales; d) se pasa del arte figurativo al abstracto y e) la libertad de expresión alterando la estructura de las obras, abordando temas tabú y desordenando parámetros creativos.
El periodo que comprende el final del siglo XX y comienzos del XXI tiene una palabra que lo define y es globalización. El gran avance científico ha hecho realidad descubrimientos que han acelerado el cambio de la sociedad de una manera dramática y llevado al arte al posmodernismo con formatos multimedia en los que se combinan formatos como la pintura, escultura, fotografía con soportes audiovisuales como las tecnologías virtuales dando lugar a que las imágenes sean mostradas a través de cine, televisión, comics, graffiti, etc. e incluso a utilizar el propio cuerpo como soporte dando lugar a corrientes como el Body Art.
6.1. L’ART NOUVEAU
L’Art Nouveau es el nombre con el que se aglutinó a artistas de finales del siglo XIX de todas las tendencias que tenían en común un espíritu joven de modernidad y de cambio. Esta corriente artística aglutinó a pintores, escultores, arquitectos, joyeros, bailarines, coreógrafos, etc. de diferentes procedencias que dejaron huella no sólo en sus obras de arte sino en toda la sociedad ya que fueron motor de un nuevo pensamiento. En realidad este nombre era de una galería de arte que abrió en 1895 en París y que exponía obras de artistas jóvenes tanto pinturas como objetos decorativos y cuyo objetivo era mostrar las nuevas tendencias (141). Pero al final fue elegido para denominar a un movimiento internacional que tuvo su auge en la última década del siglo XIX y en los primeros años del XX aunque en diferentes países adoptó diferentes nombres como Modernismo, Secesión Vienesa, Jugendstil, Liberty Style, Style Métro, etc. Los objetivos de los artistas de este estilo eran romper con el arte académico y tradicional. Por un lado, querían innovar y evitar la repetición de los estilos de épocas anteriores y, por otro, crear un estilo que encajara con la naturaleza.
Una característica importante que le distingue de otras corrientes es que hace que los elementos decorativos sean autónomos dentro el trabajo artístico. En los estilos tradicionales de pintura, arquitectura y artes aplicadas los valores formales siempre habían tapado los elementos decorativos mientras que en el Art Nouveau se libera el puro atractivo visual del significado. En la mayoría de los trabajos los motivos son florales, con arabescos, con predominancia de líneas sinuosas o ritmos lineales complejos. Y entre ellas, el desarrollo de la espiral fue clave. Estas líneas tridimensionales curvas fueron definidas en color por los objetos de cristal de Tiffany o textiles de Obrist y Moser, entre otros.
En muchos casos la inspiración venía de Oriente y esto se reflejaba en patrones de dibujos y en pintores precursores del estilo. Siendo uno de los factores claves para el desarrollo de este estilo la Revolución Industrial, uno de los primeros países en los que aparecieron artistas precursores fue el Reino Unido. El pintor William Blake (1757-1827) creó un estilo basado en la decoración con líneas curvas y con figuras flotando en el espacio, crines de caballo que se convertían en llamas, plantas enroscándose, etc. En algunas de sus obras también se reflejaron temas en los que la serpiente tenía protagonismo como en los cuadros de la “Tentación de Eva” y “Eva y la Serpiente” (pintado en 1796) y en los que, a pesar de ser un tema clásico, las figuras y la actitud de los personajes ya reflejan el nuevo estilo (Fig. 76) (142).
La Exposición Universal de Londres de 1862 fue un momento importante en la expansión de este movimiento artístico fue que fue un escaparate para una amplia audiencia de todas las nuevas tendencias del momento. Dos hechos importantes: 1) fue el primer sitio donde se mostró mobiliario, cristal decorado y bordados inspirados en la Edad Media realizados por la compañía Morris Company y 2) lo que fue más importante, la mayor exhibición que se había visto hasta el momento en Europa de arte japonés. Estos objetos japoneses fueron inspiración oriental para muchos artistas y fueron el inicio de la fundación en 1875 de la tienda Liberty en Londres que se dedicó a artículos orientales de la mejor calidad siendo un importante promotor de Art Nouveau en el Reino Unido.
Dada la cantidad de artistas de diferentes artes representantes del estilo es muy difícil formular una única definición del estilo. Sin embargo en todos ellos había un nexo común. Se reaccionaba ante el realismo y naturalismo de los pintores tradicionales del siglo XIX y estaban influenciados por poetas que usaban el sonido, el ritmo y la palabra para reflejar emociones y sobre todo expresar en su trabajo los misterios de la imaginación.
En la decoración se volvió la mirada a la Naturaleza y se pretendía reflejar la energía rítmica y el crecimiento orgánico. Las líneas podían ser delicadas o agresivas, curvas, sinuosas, ondulantes y dinámicas.
Aunque fueron numerosos los artistas que formaron parte de L’Art Nouveau destacaré a continuación algunos nombres junto con sus obras en las cuales aparecen serpientes: 1- Gustav Klimt (1862-1918) uno de los pintores más importantes del movimiento y que fue la más importante personalidad de los artistas que formaron el Movimiento Secesionista Vienés.
Obras:
– Friso de Beethoven realizado para la XIV Exposición de la Secesión vienesa en 1902 y que causó gran escándalo. El friso representa la salvación de la humanidad a través el arte hasta culminar en la alegría y felicidad del paraíso. Se inspiró en la Novena Sinfonía de Richard Wagner en 1846 y en la letra del Himno de la alegría de Schiller. En una parte del friso está el gigante Tifeo y sus hijas las Gorgonas (una de ellas era Medusa y se representaban con serpientes en vez de pelo). A continuación están la Lujuria, la Inmundicia y la Desmesura y al final se observa, como fondo, imágenes sinuosas de serpientes (Fig. 77).
– Medicina de la trilogía Filosofía, Medicina y Jurisprudencia realizada por encargo de la Universidad de Viena en 1894. Estas pinturas fueron primero objetos de ataques por la prensa que las consideró pornográficas y acabó por retirarlas. Fueron adquiridas por coleccionistas privados pero finalmente fueron destruidas en la II Guerra Mundial por los nazis por considerarlas decadentes (Fig. 78).
– Nuda veritas que también escandalizó a la sociedad vienesa. Representa una mujer desnuda con una lámpara en la mano y una serpiente a sus pies.
2- Franz von Stuck (1863-1928) miembro del grupo de Secesión de Berlín. El pecado (Fig. 80).
3- Lucien Levy Dhurmer (1865-1953). Eva.
4- Paul Gauguin (1848-1903). Eva exótica.
5- Henri Rousseau (1844-1910). Eva y La encantadora de serpientes (Fig. 81).
6- Francisco Durrio (1868-1940) importante orfebre, escultor y ceramista que trabajó con Pablo Picasso y Paul Gauguin. Muy unido a la ciudad de Bilbao, para la exposición de su obra en el año 2013 en el Museo de Bellas Artes se eligió un broche de Cleopatra como logotipo.
6.2. DANZA LIBRE, BELLE EPOQUE Y SERPIENTES
La Revolución Industrial y el desarrollo tecnológico generó unos cambios profundos en la sociedad que se reflejaron en todos los ámbitos artísticos y, entre ellos, la danza no fue una excepción. Así como en la época en la que se desarrolla, se buscaba la esencia humana y se volvió la mirada a la naturaleza y a los principios ancestrales. Occidente se acercó a Oriente ya que las culturas orientales conservaron durante siglos modos de vida y filosofía relacionadas con la esencia humana primitiva (143). Y así surgió durante el siglo XIX el movimiento de “Danza Libre” que fue la base de la Danza Moderna y Contemporánea y que abogó por el movimiento orgánico basado en ondulaciones y movimientos serpenteantes. Las ideas fundamentales eran una nueva forma de entender el cuerpo, la liberación del cuerpo femenino y la educación corporal. Esto junto con un gusto por lo Oriental hizo que muchos espectáculos se basaran en
movimientos de las danzas orientales y que se inspiraran en temas como Salomé, Cleopatra, Ishtar, etc. en los que, en los decorados o en el vestuario de las artistas, muchos de los adornos fueran serpientes (Figs. 82 y 83).
Un aspecto a destacar es que estas artistas además fueron figuras importantes en cuanto a que también tuvieron relación con los movimientos filosóficos y artísticos de la época. Fueron además ejemplos de pensamiento libre, feministas, mujeres autosuficientes, que tuvieron gran influencia en la idea de una nueva concepción en el papel tradicional de la mujer.
La primera precursora de la Danza Libre fue Loïe Fuller (1862-1928) que innovó introduciendo entre otras novedades la teatralización de movimientos siendo pionera de lo que hoy en día se llama espectáculo multimedia o interdisciplinario ya que introdujo en la escena aspectos ópticos, químicos o eléctricos. Fue musa del Simbolismo y L’Art Nouveau y acabó por imponerse como la musa de la Belle Époque. El impacto de su danza en las artes plásticas fue muy importante y así pintores, escultores, arquitectos, fotógrafos, etc. se apropian de la imagen de la Danza Serpentina creada por ella y la trasladan a sus obras. De hecho el nacimiento del cine está muy ligado a esta danza ya que en 1896 Thomas Edison presenta en Nueva York la película coloreada a pincel de una danza serpentina aunque no bailada por Loïe Fuller. Y ese mismo año Louis Lumiére filmó también una danza serpentina (144).
Loïe Fuller tuvo además una influencia muy importante en figuras claves de la danza como Isadora Duncan y Ruth Saint-Denis que se quedaron impresionadas tras verla actuar en la Exposición de París de 1900.
A Isadora Duncan (1877-1927) se la considera el epicentro de la Danza Libre y la que prepara el terreno para la Danza Moderna del siglo XX creando un estilo que considera el cuerpo humano el instrumento de expresión emocional y a la danza como valor educativo. El movimiento se inspira en la naturaleza y su plástica es fluida, llena de curvas, ondulante y su ritmo obedece a la ondulación y continuidad del movimiento. Por otro lado simplifica trajes y decorados a la máxima expresión.
La tercera gran pionera de la Danza Moderna es Ruth Saint-Denis (1879-1968) que tuvo gran influencia y trabajó principalmente para el público norteamericano, al contrario de las dos anteriores cuyo trabajo se desarrolló principalmente en Europa. Desarrolló un trabajo estéticamente muy influenciado por la Danza Oriental tanto en el movimiento como en los decorados y vestuario. En la Exposición Universal de París pudo contactar con bailarinas de danza del vientre, derviches turcos, bailarines españoles, las danzas teñidas de Art Nouveau de Loïe Fuller y las pantomimas japonesas de Sada Yacco. Esa fue la inspiración para su primera danza oriental (145). Su primera inspiración fue la imagen de la diosa Isis en una caja de cigarrillos lo que inspiró en 1904 su primer espectáculo Radha basada en India. En 1906 presenta su famosa Suite india formada por varios solos uno de ellos llamado Cobras. En 1909 presenta su espectáculo Egypta donde interpreta a Egypta, a la diosa Isis y una bailarina de palacio. En 1923 presenta Las siete puertas de Ishtar en la que interpreta a la diosa babilónica.
Algunos de estos espectáculos los hará junto a Ted Shawn con el que fundó la Denishawn School of Dancing and Related Arts de la que saldrían artistas como Martha Graham y Doris Humphrey.
Sus danzas son reflejo de la danza oriental donde todo el cuerpo se moviliza con preferencia por los movimientos ondulantes y fluidos. Su estilo será ecléctico con gestos y elementos decorativos de culturas exóticas y remotas.
Carmen Tórtola Valencia (1882-1955) se inspiró primeramente en las danzas griegas antiguas de Isadora Duncan pero después las danzas de Oriente y de África fueron su motivo principal. Fue una artista muy imaginativa, misteriosa, sensual y exótica y que tuvo mucho éxito en todo el mundo. Tuvo gran relación con los intelectuales españoles de la época, como Rubén Darío y Pío Baroja, que incluso le dedicaron varios poemas (146). Emilia Pardo Bazán decía de ella que era la personificación de Oriente y la reencarnación de Salomé. Entre sus danza más famosas están la Danza del incienso, La bayadera, Danza africana, la Danza árabe y la Danza de la serpiente (Fig. 84). De ésta última se conservan varias fotografías en las que se puede ver a la artista con vestuario y decoración, tanto en joyas como corporal, en la que ella misma es la serpiente. Esta imagen es la que se muestra en la portada del trabajo.
Junto con otras contemporáneas como Isadora Duncan, Virginia Woolf y Sarah Bernhardt fue una pionera de la liberación femenina. Su independencia tanto artística como en su vida privada (fue vegetariana, abogó por la abolición del corsé que comprimía el cuerpo femenino e impedía la libertad de movimiento, tuvo una vida sexual libre, se declaró catalana y republicana y se hizo budista) y por ello fue rechazada por gran parte de la sociedad española de la época. Incluso llegó a ser satirizada por el semanario catalán humorístico Papitu y presentada como otra Mata-Hari.
Carmen Tórtola fue elegida como imagen de publicidad de la firma catalana de perfumería y cosméticos Myrurgia y por tanto aparece en multitud de carteles de estilo modernista como imagen de “Maja” uno de sus perfumes más emblemáticos.
Otras artistas importantes de la época y que tuvieron gran éxito realizando danzas serpenteantes e interpretando a personajes como Salomé o Cleopatra fueron Mata-Hari, Allan Maud y la Bella Otero. Allan Maud (1873-1956), fue también una figura importante que se convirtió en el prototipo de mujer fatal a raíz de su interpretación en La visión de Salomé en la que encarnaba todos los tópicos del personaje, sensualidad, perversidad y seducción.
6.3. VANGUARDIAS ARTÍSTICAS Y ÚLTIMAS TENDENCIAS
A partir de 1945 las artes plásticas van a dar lugar a numerosas corrientes artísticas como el Expresionismo, Pop-Art, Arte de Acción, Minimalismo, Povera, Arte Conceptual, etc. Además la
fotografía adquiere también carácter protagonista dentro del arte.
Numerosos artistas innovaron realizando obras claves en la cultura de la humanidad aunque cada uno con su estilo propio y dentro de diferentes corrientes estéticas Aunque en muchas ocasiones las obras de arte no representan imágenes evidentes de animales como las serpientes, algunos pintores como Dalí y Miró también las han representado en algunas de sus obras. Jo Baer, artista nacida en 1929 en Estados Unidos, considerada como la precursora del Minimalismo incorpora en sus últimos trabajos elementos orgánicos partiendo de esculturas y pinturas de la antigüedad incluso de la prehistoria. Sus trabajos figurativos siempre contienen elementos específicos como formas humanas, objetos o símbolos o conceptos (fig. 85).
Más recientemente nuevos formatos artísticos se han unido a los soportes clásicos y así la denominada cultura visual de masas es en la actualidad fuente de formas iconográficas de gran calado. El desarrollo de la comunicación masiva sobre todo en cuanto a la comunicación icónica ha supuesto una mutación tan importante que ha afectado a las raíces antropológicas de la sociedad y del conocimiento. Y un ejemplo muy claro son los graffiti que se originaron en Nueva York como género de expresión visual y que se ha difundido de manera fulminante a todas las ciudades del mundo (Fig. 86). Y a pesar de que el desarrollo económico y cultural es muy desigual en el mundo, la misma ropa, los mismos mensajes publicitarios de comidas y productos de consumo han ido solidificando fragmentos de una aldea global inconexa dando lugar a un nuevo contexto antropológico (147).
En la actualidad, la cultura visual que se difunde a través del conjunto de imágenes emitidas por los medios de masas tiene un papel crucial. En general estas imágenes se configuran en muchas ocasiones en torno a expectativas estéticas, intelectuales y éticas mediocres, pero de gran calado. Su importancia es grande y su mensaje duradero ya que, por ejemplo, algunos logotipos comerciales han tenido una vigencia histórica importante manteniéndose invariables más de 100 años.
La cultura visual de masas convive también con otras manifestaciones artísticas más minoritarias como los cómics, revistas y folletos que desarrollan en su propio lenguaje y claves estéticas particulares. Al conjunto de aspectos culturales que se mueven en su entorno se le denomina cultura del fancine. A veces las imágenes de los medios de masas se hibridan con la cultura minoritaria del fancine y dan lugar a corrientes como el Pop Art y el Kitsch (148). Al conjunto de informaciones visuales que circulan en ese universo de los medios de comunicación masiva se les denomina iconosfera y abarcaría desde la imagen publicitaria, portadas de discos, envases de alimentos, fotografía de prensa, pin, etc. (Fig. 87). En todas estas imágenes están involucrados aspectos fundamentales del comportamiento cultural del hombre
contemporáneo y por ello además de ser objeto de estudio de la Historia del Arte suelen ser también objeto de la antropología, sociología, psicología, semiótica, etc.
La clave de su éxito ha sido la reproducibilidad, la mecanización de su producción, la fotogénesis de las imágenes y la ubicuidad del receptor de esa información. Esta ubicuidad ya no tiene límites desde la aparición de la imagen electrónica.
Durante el siglo XX el tremendo desarrollo e impacto de medios audiovisuales como la televisión modificó los hábitos de comportamiento y hasta generó la “ilusión” de este medio como fuente de verdad a pesar que ningún otro medio ha sido manipulado tan sutilmente por los poderes establecidos tanto en sus contenidos como en el concepto de fuente de ocio para gran parte de la población por lo que se convierte en su fuente de conocimiento primordial (149). Recordando la cita de Gregorio Magno “lo que los doctos pueden leer con su inteligencia en los libros, lo ven los ignorantes con sus ojos en los cuadros. Lo que todos tienen que imitar y realizar, unos lo ven pintado en las paredes y otros lo leen escrito en los libros”.
Ya más recientemente la imagen infográfica llegó a través del video-arte y el videojuego pero sobre todo mediante las técnicas de “realidad virtual” o nuevas redes de comunicación infográfica como Internet que se puede comparar al mito platónico de la caverna prometiéndonos otra realidad donde se pueden hacer reales todos los deseos en una ilusión de inocuidad. Estos medios pueden utilizarse como instrumentos de “alienación estupefaciente de la conciencia colectiva” o ser “enfocados hacia la lucidez liberadora” dependiendo de los poderes globales o de la dirección en la que seamos capaces de inclinar la balanza (150).
6.4. ICONOGRAFÍA CORPORAL: BODY ART
6.4.1. El tatuaje
Los diseños de tatuajes con imágenes de serpientes son bastante populares tanto en Oriente como en Occidente. La razón es que se pueden realizar en relación a los múltiples significados que puede presentar. A pesar de que se les considera símbolo de modernidad han sido utilizados en muchas culturas de la antigüedad y su práctica estaba asociada con motivaciones artísticas y también interpretaciones místicas o mágicas (en el sentido de buscar protección, suerte, etc.). La explicación más aceptada es que las motivaciones para tatuarse en la antigüedad podían ser para conectar con las divinidades, como tributo a sacrificio a una Deidad, como talismán o amuleto y como medio de protección mágica o de salud para quien lo llevaba (151).
Los datos más antiguos de los que se disponen pruebas son las marcas que muestra la figura de marfil del hombre-león de la cueva de Hohlenstein-Stadel (32000 años de antigüedad) en Alemania y la momia de Ötzi, el hombre de hielo que vivió hace 5000 años, que tiene varios tatuajes en su cuerpo se cree que con fines medicinales (152). La mayoría de ellos son líneas, en algunos casos serpenteantes.
En Egipto los tatuajes eran exclusivamente femeninos ya que todas las momias tatuadas encontradas han sido de mujeres. La más antigua que se conoce, Amunet, sacerdotisa de la diosa Hathor (diosa del amor y de la fertilidad) lleva tatuados motivos geométricos compuestos de líneas y puntos (Fig. 88). Y el dibujo más antiguo representa a Bes, dios/diosa lasciva de la diversión y de los músicos y las bailarinas (153).
Los maoríes y otros pueblos oceánicos han utilizado los tatuajes siempre como símbolo de la evolución y como la propia representación de cada individuo. El tatuaje comenzaba a muy temprana edad y se prolongaba toda la vida hasta que no quedaba una zona del cuerpo sin tatuar.
El tatuaje confería jerarquía y significaba el respeto comunal. Los maoríes utilizaban el tatuaje para la batalla ya que los dibujos contribuían a la estrategia de asustar a sus enemigos. Las expediciones de James Cook a la Polinesia fueron el origen del tatuaje en Occidente.
Hoy en día se siguen asociando a propiedades mágicas, los tótems u objetos de la naturaleza que son tomados como emblemas protectores de la tribu o individuo, y el deseo de identificación de la persona con el animal tatuado. Tanto el simbolismo de las culturas de la antigüedad como las imágenes utilizadas siguen teniendo muchos puntos en común, e incluso son las mismas (154). Aunque a medida que ha sido incorporado a la sociedad de hoy el papel ha pasado a ser puramente estético sin distinguir entre sectores sociales.
El tatuaje también tiene una connotación negativa importante ya que ha sido utilizado desde la época de las antiguas Grecia y Roma para marcar a los esclavos y también a aquellos considerados fuera de la ley y delincuentes.
Como otras formas de decoración/modificación corporal también se relacionaba con la sensualidad, el erotismo y aspectos emocionales. A nivel artístico se pueden encontrar dos tipos de tatuajes, los de inspiración geométrica y el tatuaje figurativo representando figuras reales, principalmente animales (Fig. 89).
Los simbolismos más habituales utilizados en los tatuajes de serpiente en la actualidad son:
– Dualidad: puede representar fuerza positiva o negativa, vida o muerte
– Sabiduría y conocimiento
– La creación del mundo
– Ciclo de renovación eterna, concepto de infinito, el ouróboros
– Relacionarla con el yoga y el concepto “Kundalini”
– Religiosos: representando diferentes diosas como la de la Luna o del misterio, de la fertilidad o de la muerte. Basándose en los mitos y leyendas de los indígenas norteamericanos, ser intermediarias de los espíritus del más allá y relacionarlas con los hombres-serpiente que viven bajo tierra y son guardianes del inframundo. En otras culturas como símbolo de creación como la Serpiente Arco Iris para los aborígenes australianos, Queztalcoatl para Aztecas o la Serpiente del Jardín del Edén en el Cristianismo.
– Relacionarlo con la salud representando el caduceo
– Como símbolo del zodiaco chino
– Representar el renacimiento y la inmortalidad
– Simbolismo sexual
Las especies más representadas suelen ser la cobra y la serpiente de cascabel, que son característicamente las más venenosas pero también las que se consideran más sagradas en
diferentes culturas.
La cobra es sagrada en la India. El dios Vishnú descansa sobre Ananta la serpiente cósmica que es una cobra de 7 cabezas y una cobra protegía también a Buda mientras meditaba o dormía.
Y ya en el Egipto antiguo, la cobra era el símbolo real, el uraeus.
La serpiente de cascabel es un símbolo muy importante para los Nativos Norteamericanos y para Aztecas y Mayas como símbolo de fuerza y fertilidad. Se le asocia con la lluvia y el agua, con la creación del mundo y de la vida y también símbolo de muerte y transformación. Su costumbre de agitar el cascabel antes del ataque era visto como símbolo de valentía. El objetivo del tatuaje es adquirir a través de él las características de lo representado, en este caso la serpiente. En general los efectos más buscados son el poder, la regeneración, la sabiduría, la fertilidad y en Occidente la tentación y el poder sexual femenino (155).
6.4.2. Cuerpo y arte en la posmodernidad
La posmodernidad como movimiento que rompe con las corrientes anteriores tuvo su origen a finales de los años 50 o principios de los 60 en Estados Unidos. Hasta ese momento, el Movimiento Moderno se había caracterizado como una forma de pensamiento dominado por la idea de la existencia de un sujeto único e indivisible (blanco, masculino y heterosexual) y caracterizado como la época de la historia, en contraste con la mentalidad antigua o primitiva, dominada por una idea naturalista y cíclica del curso de las cosas.
En la Posmodernidad las categorías de lo nuevo y de la superación no tienen vigencia. La modernidad rechazaba la periodización lineal y eso ha sido considerado por los posmodernos como una vía que pone en peligro la heterogeneidad y la posibilidad de convivir bajo el signo de lo diferencial dentro de un modelo lógico y cerrado que dificulta las probabilidades de transformación social (156).
Se destruyen las dicotomías propias del modernismo como entre interior y exterior, represión y catarsis, se diluye la angustia de la alineación pero surgen la ansiedad posmoderna, dicotomía entre lo virtual y real, reflejada en un sujeto multiplicado espacial y temporalmente.
Es el reflejo de una sociedad postindustrial en las que las relaciones de propiedad, hegemonía de la razón instrumental y el capital burgués, tal y como se conocía hasta el momento, se rompen y dan lugar a la sociedad de la información y los servicios, dónde surgen las políticas de identidad y diferencias (feminismo, etnias). Surge un complejo entramado social provocado por la descolonización y globalización originando nuevas interacciones con los medios de masas así como nuevas organizaciones empresariales como las multinacionales. Se incorporan a la iconografía posmoderna aspectos que antes eran considerados subcultura, desde lo Kitsch, a lo popular, a las imágenes de los medios de comunicación de masas o publicidad. El proceso no intenta depurar sino de atrapar su esencia. En el arte corporal se refleja una reflexión del posmodernismo sobre la influencia de hechos distantes sobre acontecimientos locales, el acceso a la información y visión de cualquier parte del mundo en tiempo real, las redes sociales con sus mundos virtuales y la aparición de un nuevo ser humano, el cyborg, que cuestiona lo orgánico, lo humano y los propios límites de la ciencia. La mezcla de sofisticación técnica, movimientos étnicos, incluso sociedades medievales, arte moderno, feminismo, etc. crea la necesidad de adquirir una capacidad catalizadora y selectiva de la información.
Las expresiones del arte posmoderno estarán dominadas por la ambigüedad entendida como multiplicidad de sentidos. También surgen expresiones artísticas de carácter antisocial y
reivindicativo en las que el cuerpo será el campo de manifestación de imágenes y acciones sexualmente violentas y de gran crudeza psicológica, simbolizando la manipulación y la reducción a un mero instrumento sufrida por el cuerpo por parte de la cultura económica dominante (157).
El cuerpo es el centro de focalización de una nueva cultura visual a través de la que se van a expresar de sectores sociales oprimidos, excluidos, como es el caso de las mujeres. Se plantean procesos de transformación, de exploración, de experiencia del cuerpo, dónde se mezclan lo ritual, lo popular y lo didáctico abriendo el campo de posibilidades y los encuentros entre diferentes géneros (teatro, danza, música, plástica, deporte, etc.). Se intenta crear una red de manifestaciones en torno al cuerpo en las que conviven las formas más arcaicas del ritual y el mito, el esteticismo y transgresión de los shows modernos y la reflexión sobre la experiencia corporal. Aparece como centro de debate y manifestación de las paradojas de la sociedad actual y casi como un lugar de resistencia política.
En este contexto en muchas manifestaciones de Body Art se desarrollan propuestas artísticas que implican al cuerpo de las mujeres. De esa manera se utiliza como un espacio de reivindicación en un intento de superar la invisibilidad y exclusión a la que generalmente estamos condenadas como colectivo. El cuerpo se convierte en un formato para narrar y expresar deseos inconscientes, esperanzas y sueños, y plasmar la realidad y falsedad de los roles femeninos.
La mayoría de artistas utilizan la danza y la performance posmoderna para establecer un medio en el que el cuerpo funciona como puente hacia la mirada mostrando desde lo mínúsculo a lo cósmico, desde el cuerpo a la mente, desde lo masculino a lo femenino y, en definitiva, la dualidad de la existencia. Todos los formatos utilizados por mujeres tanto para performance como para danza o teatro generalmente recrean un espacio múltiple, transformable y variable. Y una de las consignas que plantean es la experiencia corporal como forma transgresión al patriarcado que puede llegar incluso al castigo corporal o a la modificación física del propio cuerpo. Una de las artistas más conocidas es ORLAN que realiza una agresiva y directa aproximación hacia la violenta forma en que el cuerpo de la mujer es manipulado y agredido por los imperativos de la sociedad actual sometiéndose a operaciones estéticas continuas (Fig. 90). Este formato hereda planteamientos de las teorías del cibercuerpo, el cyborg, híbrido entre lo
orgánico y lo inorgánico, lo humano y lo artificial (158).
7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
“Quien quiera que niegue la existencia del inconsciente,
supone, de hecho, que nuestro conocimiento actual de la psique
es completo. Y esta creencia es, claramente tan falsa como la
suposición de que sabemos todo lo que hay que saber acerca del
universo. Nuestra psique es parte de la naturaleza y su enigma
es ilimitado…Por lo cual, completamente aparte de las pruebas
acumuladas por la investigación médica, hay firmes bases
lógicas para rechazar afirmaciones como “No hay
inconsciente”. Quienes dicen tales cosas no hacen más que
expresar un anticuado “misoneismo”: miedo a lo nuevo y lo
desconocido”
Carl G. Jung, El hombre y sus simbolos
Desde la antigüedad imágenes de serpientes han sido encontradas en centros religiosos y públicos grabados en piedras, pinturas, frescos, y en el ámbito privado en joyas y ajuares domésticos.
La serpiente ha sido y es un símbolo universal importante en todas las culturas del mundo. En Occidente, fue muy valorada en las épocas griega y romana, y según las conclusiones de James H. Charlesworth, especialista en Antiguo Testamento y manuscritos del mar Muerto, fue admirada especialmente en la época del Antiguo Testamento y el periodo del Segundo Templo (164). También fue un símbolo muy apreciado en Oriente y en otros países del mundo.
En este estudio se ha podido comprobar que puede presentar multitud de significados y que muestra dualidad ya que podemos encontrar simultáneamente tanto aspectos positivos como negativos, vida y muerte, salud y enfermedad, creación y destrucción, etc. Todas estas características pueden ser relacionadas con sus características físicas y biológicas. Su capacidad de encontrarse en muy diferentes hábitats y de introducirse en la tierra lo que le confiere un aspecto misterioso y la creencia de la capacidad de comunicación con el inframundo o el “más allá” lo que la relaciona con el mundo espiritual. Simbolizaría lo que es ubicuo e inexpugnable. También tienen venenos que pueden producir la muerte en segundos y una gran boca que permite tragar a sus presas enteras lo que causa temor.
Su naturaleza inquietante ha fascinado a la humanidad desde la antigüedad y se ha visto como un ser telúrico y primigenio a la par que misterioso y temible. Su mirada hipnótica con la que seduce a sus víctimas, es la mirada de la vida que se renueva pero también de la muerte. La serpiente puede aparecer representada con varias cabezas siendo bastante habitual que estén en un número de siete (Fig. 95). También es frecuente encontrarla como híbrido combinada con otros animales, seres o atributos adquiriendo entonces rasgos distintivos de ellos. Y así vemos la imagen de la serpiente a menudo mezclada con características humanas y muchas representaciones que van desde época egipcia hasta obras de arte contemporáneo tienen rostro humano, siendo así frecuentemente representada la serpiente del Jardín del Edén en el Cristianismo. Cuando aparece con perilla o barba denota sabiduría y astucia. Algunas pueden tener piernas, orejas y/o pico de ave. Puede ser la cola de un león o perro o parte de un león o un toro. Junto al toro constituye un símbolo de la fertilidad que fue adoptado por las representaciones de los reyes. Incluso Nabuconodosor II dedicó la puerta de Ishtar al itinerario
procesional del dios Marduk con la inscripción “…dedico la puerta de Ishtar que yo construí con ladrillos esmaltados en azul a Marduk, mi dios y señor, robustos toros de bronce y poderosas serpientes…” (165). Con alas denotaría la viveza, movilidad y su capacidad de ser esquiva.
La serpiente de manera real o mitológica puede aparecer como un monstruo. Hombres y Gigantes aparecen frecuentemente con piernas formadas por serpientes representando la habilidad de ser escurridizas así como así como moverse rápidamente por todas las superficies en la tierra o en el agua. También pueden aparecer como el falo de un dios. Puede estar erguida como el uraeus, en círculo como el ouróboros y cara a cara con otra serpiente como en el caduceo. Puede convertirse en un bastón, ser parte de una rama o árbol o enrollarse en ellos.
A pesar de la multitud de significados a lo largo del estudio se ha podido comprobar que hay importantes similitudes en la iconografía de diferentes culturas de países en todo el mundo. Por ejemplo, muchos significados como su relación con el agua, la salud y símbolo de una vida renovada coinciden en diferentes culturas distantes en tiempo y lugar, como en los antiguos pueblos Sumerios y Mesopotámicos, Griegos y Romanos o en culturas indígenas de América. Y no sólo la idea sino el detalle bien sea en escultura, cerámica, arquitectura, joyas, etc. es común incluso en culturas enfrentadas como los Griegos y los Persas. Y, como se ha podido comprobar en la documentación analizada a lo largo del trabajo, en todas ellas hay dioses y diosas que son híbridos de serpientes o que tienen serpientes como atributo y mitos y leyendas que relatan sus vidas.
Podríamos decir que la serpiente es un símbolo muy complejo dado que su multivalencia y dualidad, con aspectos positivos y negativos de una misma propiedad complican su interpretación. También se ha comprobado que para acercarnos al significado del símbolo se tienen que hacer continuas referencias a aspectos religiosos, filosóficos y antropológicos en cada una de las culturas que pretendamos analizar. Es por ello que entender el símbolo desde el desconocimiento de la cultura del que procede puede dar lugar a errores de interpretación o falta de entendimiento de su significado real. Y así lo corroboran numerosos
textos de autores expertos en símbolos y mitos y en iconografía que también resaltan que hay que tener en cuenta que a veces los símbolos y sus lecturas son manipulados en beneficio de intereses particulares (166).
La serpiente significaba el mal y la muerte pero también lo bueno, la vida, la salud, la curación y el rejuvenecimiento. Puede representar temor o peligro, pero también a una diosa o conceptos como divinidad, vida, salud, curación, belleza y vida nueva. Con tantas opciones la interpretación puede resultar difícil y a veces contradictoria: el artista que representó la serpiente en su día pudo haber elegido uno o varios significados y el que ve la obra puede entender o añadir nuevos. A esto hay que añadir que el “ojo del siglo XXI” que mira la obra de arte realizada en otras épocas parte ya “a priori” de unos condicionantes culturales muy diferentes que hacen difícil la correcta interpretación si no hay textos de esa época que orienten hacia ella (167).
Como resultado de la información recopilada en este trabajo, y para la coherencia de la discusión, se ha considerado oportuno hacer dos apartados: por un lado, analizar los símbolos universales del ouróboros (serpiente que se muerde la cola) y del caduceo (dos serpientes enfrentadas) como representativos tanto en presencia como significado en culturas de todo el mundo y, por otro, la relación serpiente/mujer en cuanto a enaltecimiento y degradación del símbolo a través de la representación iconográfica de la serpiente del Árbol del Jardín del Edén y la representación de la lujuria como pecado a través de la “femme aux serpents”. En ésta segunda sección se analizará especialmente como ha evolucionado el símbolo a través de las danzas serpenteantes orientales hasta llegar a la corriente de Body Art en el que el cuerpo se utiliza como formato visual.
El ouróboros o serpiente que se muerde la cola El ouróboros en representación del eterno devenir o la vida eterna se encuentra tanto en Occidente como en Oriente y en culturas de todos los continentes y épocas (Fig. 96).
Según Heinrich Zimmer, que realizó estudios profundos de los mitos y leyendas en la India, la serpiente es la fuerza vital que determina nacimientos y renacimientos, por lo cual se identifica con la Rueda de la Vida. Esta idea también estría gráficamente expresada en la mitad clara y la oscura en el símbolo chino del Yang-Yin, lo que expone la ambivalencia esencial del símbolo y su pertenencia a los dos aspectos (activo y pasivo, afirmativo y negativo, constructivo y destructivo) del ciclo.
En algunas representaciones el ouróboros se mezcla con otros símbolos como se puede ver en un disco grabado con dos serpientes en círculo y entrelazadas datado en 1200-1600 a. C. y que se descubrió en Alabama. Según Joseph Campbell, autoridad mundial de referencia en el estudio comparativo de las culturas de todo el mundo, significarían el poder de la reencarnación y los nudos las puertas de Oriente y Occidente, del ascenso y descenso, y las apariciones y desapariciones en el ciclo eterno. En el centro se muestra una palma de una mano con un ojo que si se interpretara en términos orientales sería el símbolo de “ahuyentar el miedo” (abhayamudra) con “el ojo de la compasión” que vendría a significar la compasión como fuerza impulsora del universo que trasciende y supera el dolor. Esta forma de representación es un motivo muy repetido en la tradición americana (168). También lo podemos intuir en la “mano de Fátima”, amuleto de protección muy utilizado en Marruecos y países de influencia islámica
(Fig. 97).
La explicación de las múltiples similitudes que parecen unir distintas culturas alejadas geográficamente puede implicar muchos factores y, en base a los estudios de Joseph Campbell y de otros antropólogos, pueden ser interpretados como brotes culturales que en épicas tempranas se trasladaron de un lugar a otro (ej. de Eurasia a Mesoamérica) o como lo que muchos antropólogos han denominado “convergencias” que son semejanzas a las que han llegado de manera accidental pueblos sin ninguna comunicación entre sí. La idea más aceptada es que si las similitudes no son estrechas explica un desarrollo independiente pero, si las similitudes incluyen componentes inesenciales o arbitrarios (adornos, números escogidos al
azar, nombres) entonces hay que descartar un desarrollo independiente porque esas características no coincidirían por casualidad ni en un millón de veces (169).
Existe otra manera de explicar estas similitudes a través de las teorías de Rupert Sheldrake sobre los campos morfogenéticos que son campos que no llevarían energía sino información siendo utilizables a través del espacio y del tiempo, sin pérdida alguna de intensidad desde su creación. Según Sheldrake, la forma de las sociedades, ideas, cristales y moléculas dependerían de la manera en que tipos similares han sido organizados en el pasado. Esta idea iría más allá de la teoría mecanicista en la que los organismos vivos son considerados como máquinas físico-químicas y todos los fenómenos vitales explicados mediante leyes físicas y químicas. Esta teoría no está aceptada por los científicos ortodoxos que le han “acusado” de
“introducir la filosofía en la ciencia” (170).
El caduceo o serpientes enfrentadas
Otro caso de similitudes en los motivos y que demostrarían que las ideas básicas subyacentes en diferentes culturas debían ser las mismas es la imagen del caduceo. Una de las primeras y más conocida representaciones aparece en la copa ritual de libación del rey Gudea de Lagash en Sumeria datada en el año 2000 a. C. en la que dos animales híbridos (león-pájaro) abren las puertas de un santuario de donde surge el dios serpiente Ningishzida en su aspecto dual como un par de serpientes copulando. Están entrelazadas en torno a un eje axial de una manera similar al caduceo del dios griego Hermes (utilizado como símbolo de la medicina y en ocasiones como guía al renacimiento de la vida espiritual) y también a la representación del despertar de la serpiente del conocimiento y vida espiritual o concepto yoga de la kundalini (Fig. 98).
El símbolo del caduceo también aparece en sellos sumerios datados en el 2350-2150 a. C. en el que un dios le ofrece a su fiel una copa de una bebida inmortal (representación típica de la época), situada debajo de la barca lunar celeste. Detrás aparece otro personaje que es el guardián de las puertas del palacio que está tocado con un gorro en forma de serpiente y que lleva un cubo de ambrosía en la mano (imagen tradicionalmente asociada con los guardianes del árbol de la vida). En cado lado del sello hay un caduceo (Fig. 99). Algunos de los objetos que aparecen en este sello se han encontrado en otros lugares como en Sri Lanka. Allí, en la entrada de un templo budista, y con la función de proteger las puertas de acceso hay una representación del rey serpiente que lleva en la mano derecha una rama floreciente del Árbol de la Vida y en la izquierda una jarra del licor de la inmortalidad (amrita en sánscrito y ambrosía en griego), y según algunos autores estos mismos regalos son los que tenía la serpiente del Edén para Adán y Eva en el Árbol de Conocimiento del Bien y del Mal (171). Aquí ya se puede observar la diferencia entre el significado mitológico de la serpiente como salud física y espiritual (caduceo) frente al de corrupción que es el de la Biblia.
En el continente americano, en la cultura Azteca, también existen pruebas iconográficas de caduceos como el encontrado en el emplazamiento de la Venta aproximadamente en el 1200-800 a. C. La imágenes representan el caduceo o a la serpiente en distintas actividades principalmente recibiendo ofrendas (Fig. 100). Y entre los indígenas norteamericanos también existía esa representación Ya que Jeff King, chamán navajo, le contó a Joseph Campbel que había pinturas ancestrales en una cueva de una montaña sagrada para ellos de las que obtenía el polen con el que hacía pinturas rituales. Él las definía así “había en la piedra un grabado de dos serpientes entrelazadas, cuyas cabezas miraban al este y al oeste” que claramente recordaban a la imagen del caduceo (172).
No sólo podemos encontrar alguno de estos símbolos por separado sino que también ejemplos en los que podemos ver varias representaciones a la vez. En el complejo cultural del Mississippi datado en el mismo período aparecen diferentes representaciones de serpientes en carrusel giratorio, otras que recuerdan a los guardianes de la puerta presentes en la copa del rey Gudea o al caduceo, otras con una calavera (símbolo de muerte) en contraposición a un círculo con un cruz dentro (vendría a representar el sostén y centro impulsor del mundo que en México era el símbolo de Quetzalcoatl) en el que incluso se observan un par de bailarines ornamentados que salen de una serpiente cascabel, interpretándose el motivo como la serpiente que muda la piel símbolo universal de la renovación de la vida que se despoja de la muerte,
aunque no sea representado en la forma general del ouróboros (Fig. 101).
Aunque hemos visto que la misma imagen está en diferentes culturas eso no significa necesariamente que tengan el mismo simbolismo y de hecho se ve también que el mismo símbolo puede representar ideas diferentes o que la misma idea se puede representar por diferentes símbolos. Por ejemplo en la India, la energía evolutiva del ser humano o kundalini aparece como un caduceo.
El despertar de la serpiente kundalini (de energía psíquica), habitualmente dormida y enroscada y localizada en un centro de la base de la columna vertebral, a través de la adquisición de conocimientos y de la práctica del yoga, hace se despliegue hacia la cabeza y que el individuo desarrolle elocuencia, intuición y talento literario. Y algunos autores establecen relación de este concepto con pasajes bíblicos como el que se relata en el libro del éxodo cuando la vara de Moisés se transforma en serpiente, éste dice: “Por favor, Señor Yo no he sido nunca hombre de palabra fácil…sino que soy torpe de boca y lengua” pudiendo dar a entender que había despertado a la kundalini (173).
Y Carl Jung señala que los gnósticos asimilaban la serpiente al tronco cerebral y la médula, constituyendo un excelente símbolo de lo inconsciente que expresa su presencia repentina, inesperada, su interposición brusca y temible. Añade que, psicológicamente, es un síntoma de la angustia y expresa una anormal animación del inconsciente, de una reactivación de su facultad destructiva.
Resulta interesante destacar que en la cabeza de una figura de piedra encontrada en Göbelik Teke, Turquia, (Fig 18, apartado 2) de la primera religión organizada de la que hay constancia y también en máscaras de Vudú en Benin (Figs 64 y 65, apartado 5), se representa una serpiente ascendiendo por ella.
Según Joseph Campbell la práctica del yoga y el concepto kundalini podría ya intuirse en una imagen encontrada en el valle del Indo datada en el 2000 a. C. lo que explicaría esas múltiples referencias y similitudes en patrones iconográficos posteriores (Fig. 102).
Podríamos concluir por tanto que se deben tomar con cautela las interpretaciones generales de los símbolos ya que la representación puede ser la misma en diferentes culturas pero tener diferente significado o encontrarnos modificaciones sobre el mismo tema. Las similitudes de representaciones que se han encontrado en culturas mesopotámicas, hindúes, del sudeste asiático y de nativos americanos descritas anteriormente se cree que tienen su origen en las tribus protoindoeuropeas adoradoras del Sol y la Serpiente que llegaron a la India y de ahí se dispersaron al sudeste asiático y muy probablemente al continente americano (174).
Serpiente y figura femenina
La serpiente ha estado íntimamente ligada a la figura femenina desde la antigüedad como se ha demostrado a través de numerosas pruebas arqueológicas. Y así se han encontrado numerosas diosas serpiente o diosas cuyos atributos son serpientes asimilando las facetas positivas del símbolo como vida, fertilidad, salud y también belleza y sensualidad.
Resulta interesante destacar dos facetas en las que la mujer y la serpiente tenían especial relación. Por un lado, se ha demostrado que en la antigüedad la mujer era la principal responsable de la realización de los ritos religiosos y sociales y que las sacerdotisas utilizaban serpientes en sus ceremonias. Eso les permitía ponerse en contacto con los dioses, diosas y el “más allá”. El papel de la figura femenina era tan importante que en el culto a Cibeles los sacerdotes se vestían como mujeres, se dejaban el pelo largo y se autocastraban como ceremonia de iniciación. Por otro lado, la salud en muchas culturas primitivas era
responsabilidad femnina y los chamanes eran mujeres u hombres “afeminados” que se vestían como mujeres o que se sometían a tratamientos para feminizarse. Y como hemos visto unas de las más importantes características de la serpiente era como mensajera del más allá, la fertilidad y la salud ya que de ella se obtienen muchas sustancias terapéuticas.
Hay un momento de la historia de Occidente crucial en el que la consideración de la serpiente, y en paralelo la de la mujer, cambió radicalmente, y este fue el Cristianismo. La serpiente pasaría de ser adorada como símbolo de la fertilidad y la vida a ser relacionada con el pecado y el Mal y como consecuencia en una de las principales representaciones del Diablo. En el Cristianismo la serpiente se convierte en protagonista de la primera desobediencia humana y de la expulsión de un jardín idílico, el del Edén, de Adán y Eva. Y ya en el Génesis se cita a la primera pareja humana, dos árboles, un jardín situado en Oriente y un animal que habla. Es el reptil quien convence a la mujer de romper la prohibición de comer del árbol del Conocimiento, del Bien y del Mal. Y es ahí donde se convierte en el animal más impío de la tierra y antagonista demoníaco de la divinidad y sus fieles.
En el Génesis se convierte en el símbolo del mal y en la figura de Satán y allí aparecen tres aspectos básicos del símbolo como son: a) juventud ya que se le otorga un conocimiento esotérico de la vida; b) sabiduría sobrenatural ya que se da a entender que la serpiente había sido creada con anterioridad y que conocía el árbol y sutilmente convence a Eva que es tan sabia como ella y la invita a compartir esa sabiduría y abrir el camino para el conocimiento y la verdad que pretende cerrar Dios con la prohibición de comer del árbol; y c) caos ya que asume la culpa de la destrucción del orden y de ser símbolo del demonio. Además ensucia la relación entre el hombre y la mujer. Estos aspectos también aparecían en las culturas del antiguo Oriente como Mesopotamia y Egipto (175).
A la serpiente en las creencias populares siempre la han considerado un animal astuto e inteligente a la vez que temido por ser inquietante. Y así como en el poema de Gilgamesh éste es engañado por la serpiente que le roba la hierba de la vida eterna, instituyendo la muerte en el mundo, de la misma manera la serpiente es la encargada de tentar a Eva. Para muchos autores el ofidio es un trasunto de la propia Eva, o de la mujer misma y de su poder vivificador. Eva sería en definitiva la diosa serpiente de la vida a la que se quería despojar de prestigio simbólico (176).
Desde entonces la serpiente se presenta asociada a la mujer a través de la figura de Eva, que con su falta acarreó la muerte y el pecado y, para muchos autores, es la base en la que se fundamenta el ideario de misoginia que se ha desarrollado durante siglos hasta la actualidad. Así mujer y serpiente simbolizan el Mal, por tanto la serpiente en el ideario cristiano tiene que ser vencida en el mundo de lo sobrenatural y, en paralelo, en el mundo material, la mujer dominada y vigilada por el varón (177). De esa visión se derivó un desprecio que se traducía en la atribución genérica a la mujer de una serie de defectos y faltas que, de no ser controlados, podían causar graves daños a la comunidad. Ese control debía estar en manos de padres, hermanos o maridos.
Esta visión no era exclusiva del pensamiento cristiano sino que también en el mundo Oriental, en Egipto, en pueblos mesopotámicos y persas se desarrolló el mismo ideario de la idea del Mal y así se dio forma al sistema de dominio y explotación de la mujer, alimentado a través de las creencias religiosas. Este es un hecho común desarrollado en todas las religiones centradas en lo masculino como el Judaismo, Islam y Cristianismo.
En esta misma dirección gira la imagen de otra mujer, Lilith que, según el Alfabeto de Ben Sira, existió antes que Eva, que fue la primera esposa de Adán. Según cuenta el relato Lilith se rebeló porque Adán quería tratarla como a cualquier otro animal del Paraíso, en especial quería imponerle una postura de inferioridad en el acto sexual. Lilith se negó y escapó del Paraíso seduciendo al mismo Yahveh. Se escondió en una cueva y tomó por amantes a los demonios del mundo. En venganza, Yahveh mandó a tres ángeles que exterminaron cada día a 100 de sus hijos ante su negativa a volver y quedar sometida al varón. Desde entonces, ella procuraba la muerte de los recién nacidos de los humanos. El mensaje es claro, “la mala esposa que no se somete a la voluntad de su marido sólo puede esperar convertirse en un monstruo sanguinario enemigo de la descendencia legítima” (178).
En los primeros siglos de Cristianismo, algunos Padres de la Iglesia y monjes en los monasterios a través de sus textos y de la iconografía fueron difundiendo y consolidando la trilogía mujer-pecado-serpiente pero no fueron los primeros sino que ya estaba organizada en el ideario cultural de Grecia y Roma. También allí se utilizó la figura de la serpiente con el objetivo de devaluar la figura femenina. Así por ejemplo, con el mito de la lucha entre Apolo y Pitón, diosa serpiente, se representaba la victoria de la divinidad masculina sobre un culto telúrico representado por la serpiente, imagen de la tierra, y de la mujer. También el mito de Poseidón y Atenea refleja bien el desplazamiento de la feminidad en la primitiva religión griega. Cecrops, primer rey del Ática, mitad humano y mitad serpiente, decidió que Atenea debía tener hegemonía sobre la zona ya que su descubrimiento del cultivo del olivo era mejor
para la humanidad que el mar de agua salada que hizo brotar Poseidón en la Acrópolis. La furia
de Poseidón le llevó a inundar todo el Ática y Cecrops temeroso condenó a las mujeres atenienses quitándoles el derecho a votar, prohibiendo que los hijos llevaran el nombre de sus madres y despojándolas del título de ciudadanas. Y no era mejor en el terreno social y filosófico que también devaluaron a la mujer como ser social, sujeto pensante e incluso persona física (179).
La mujer será deseada y estimada a la par que despreciada. Una de las explicaciones que se ha dado a este miedo y temor a la mujer, especialmente en el Cristianismo, es que en el pueblo hebreo y otros pueblos semitas se creía que a la mujer le estaban reservadas experiencias religiosas trascendentes y que tenía una especial predisposición para entrar en contacto con lo misterioso de una manera sencilla y natural. Incluso en el Antiguo Testamento aparecen mujeres con capacidad de profetizar (Débora, María, Julda, Noadias y Maher) y cuya presencia probablemente se apoyaba en sacerdotisas y adivinas de pueblos vecinos. Un ejemplo está en Samuel (1, 28, 13-14) en el que relata que el rey Saúl consultó a la nigromante de Endor que actúa como medium evocando al espíritu que habla a través de ella y que predice la muerte de Saúl y el futuro reino de David. A esta mujer se le denominaba pythonissa (180).
Está demostrado que con el Cristianismo, y como se ha hecho en muchas religiones, se fueron sustituyendo dioses y diosas por personajes propios y se sabe que durante mucho tiempo Mitra y Esculapio, dioses representados con serpientes, fueron rivales importantes de la figura de Cristo. Según Mircea Eliade, que junto con Joseph Campbell es uno de los más prestigiosos estudiosos de símbolos y mitos, también se ha visto en Eva la heredera de una diosa fenicia arcaica del mundo subterráneo personificada por la serpiente y que fue el origen de que se representara a todas las demás deidades mediterráneas llevando una serpiente en una o ambas manos.
Curiosamente durante los primeros siglos del Cristianismo la serpiente no fue siempre maligna y, al contrario de lo que se piensa, no fue sustituida sino que se deslizó en el ideario cristiano permaneciendo con su significado positivo. Por ejemplo en forma de vara de Moisés que se convierte en serpiente ante el faraón (éxodo 4, 1-5) y que más tarde utiliza para golpear una roca en el desierto de la que salió agua que es un elemento unido a la serpiente como restauradora de vida (Números 20, 7-11). O para salvar a los israelitas de la picaduras de las serpientes en el desierto. Este sería otro ejemplo de la dualidad del símbolo, capaz de provocar vida y muerte.
En el libro de los Reyes 18 se habla de que en el templo de Jerusalén se adoraba una serpiente de bronce llamada Nejustán, que bien podría ser la fabricada por Moisés. El rey Ezequías (719-691 a.C.) destruyó la estatua pero más adelante, durante la época de los Macabeos (siglo II a.C.) la serpiente se había incorporado a la propia imagen de Yahvé. Y durante una época la “buena serpiente” estaba en el culto de los primeros cristianos. Existen muchos problemas al analizar estas representaciones iconográficas de esa época ya que fueron muy variadas y a veces contradictorias para un mismo personaje con lo que es
difícil establecer su significado exacto. A esto hay que añadir que durante los primeros años del Cristianismo no era bien visto representar imágenes por una prohibición divina establecida en
el Éxodo 20, 4. Curiosamente esa misma prohibición está en la Sura 5:92 del Corán.
Durante los primeros siglos del cristianismo y lo que según Campbel sería “una de lasvictorias de la perspicaz serpiente del Edén sobre el dios que la había despojado de su jardín y su árbol”, existieron las sectas cristianas de los ofitas (del griego oftx, serpiente) que veneraba a la serpiente del jardín como la primera aparición del Salvador. En su aparición como serpiente habrían “instado al hombre a que desobedeciera al dios recién llegado al jardín que ahora quería guardar para sí el fruto del árbol de la vida eterna”. Otra secta era la de los peratas (del griego peratox “del otro lado” que corresponde al sánscrito paramita “de la otra o lejana orilla”) y que también adoraban a la serpiente como símbolo de Yahvé.
Incluso en el Génesis para Isaías las serpientes aladas son agentes de salud, de la purificación y de la redención divinas, además de representar majestad y soberanía, dominio y protección (181).
Se han encontrado numerosas pruebas de culto a la serpientes en Palestina y Próximo Oriente, siendo común entre los Cananeos y territorios vecinos y cuyo culto perdura desde el final del Calcolítico a la época persa (182) Según diferentes autores se cree que tienen asociaciones sexuales con divinidades femeninas de Babilonia, Egipto, Asiria y Fenicia y que en Israel se introdujo por influencia de la tierra de Canaán, donde la serpiente aparece rodeando la zona genital de las diosas atribuyéndole el poder de la vida de la Naturaleza que emerge desde la tierra y emana de la diosa, representando un símbolo fálico. También en Palestina y zona limítrofes se les relaciona con el agua, fuente de vida y en muchos vasos litúrgicos, santuarios y decoraciones hay serpientes ascendiendo por jarras. Y en Babilonia en Año Nuevo
los ritos eran presididos por un ídolo en forma de serpiente, que se trasladaba procesionalmente
(183).
A pesar del pensamiento que demonizaba a la serpiente y a la mujer y como prueba que “la buena serpiente” ha estado presente a través de los siglos en obras de autores occidentales podemos encontrar representaciones que, con el tema central del Jardín del Edén, parecen mostrar ciertas discrepancias con la corriente “oficial”. En especial son destacables aquellas en las que la serpiente con cabeza femenina muestra una actitud amable y de compasión hacia Eva (Figs. 105 y 106); representaciones en las que Adán no parece ser inocente del Pecado Original (Fig. 104); otra en la que la serpiente parece que intenta defender a Eva frente a la muerte (Fig. 104); las que en la escena se completa con inscripciones con doble sentido (fig. 103) o en las que el árbol es una planta alucinógena (Fig. 108). Incluso podemos observar en el Jardín del Edén, de El Bosco, cómo la serpiente está en un árbol pero lejos de Adán y Eva (Fig. 107). Y,
según algunos expertos en iconografía, Miguel Ángel en la Capilla Sixtina dejó su opinión discrepante con la ideología eclesiástica oficial a través de algunas imágenes de sus frescos como por ejemplo en la recreación de Minos o Midas, juez de las puertas del infierno que es representado con orejas de burro en relación al juicio que hacía y con una serpiente mordiéndole los genitales indicando su condición de “castrati” muy del gusto de los papas de esa época (Fig. 106) (184).
En Oriente, las representaciones similar sería la imagen del Árbol de la Vida como el que se observa en la (Fig. 109). En la escena se observan dos personajes a cada lado del árbol y detrás de ellos dos serpientes alzadas en los laterales. Para Joseph Campbell la diferencia fundamental es que mientras Occidente comió del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal y se centró en el conocimiento científico y en los conceptos de lo lícito e ilícito, en Oriente se comió del Árbol de la Vida y se dedicó a experimentar ese misterio (185).
Serpientes, mujeres y lujuria
En los siglos XII y XIII se produce una renovación teológica y pastoral que modifica de manera importante el aspecto del cristianismo occidental. Y es ahí cuando la figura de la lujuriosa o mujer con serpientes alcanza su protagonismo. La sexualidad en esa época es uno de los problemas que más preocupan y las mujeres son consideradas objeto de tentación y causa del pecado, cuando no agentes del diablo. Los sermones de la época insisten en inculcar miedo y repulsión hacia el género femenino advirtiendo de sus artimañas destinadas a embellecer su aspecto físico y así tentar a los hombres.
La “femme aux serpents” imagen de una mujer desnuda mordida en los senos por serpientes y sapos fue característica de la representación de la lujuria durante la Edad Media. El Pecado Original explica que sean serpientes y también el ideario de San Pablo en el siglo IV y libros de obispos como el de Rennes (1168-1178) que dice “sapos, culebras, y tortugas que cuelgan de las mamas desnudas. Ay! Cuán mal fueron entonces vistos los amoríos de las frívolas amantes”. Y no sólo en el Cristianismo sino que en el Islam el mismo castigo reciben también los libidinosos en el infierno, con serpientes y alacranes mordiéndoles dónde se hubieran besado (186).
La “femme aux serpents” fue una imagen muy difundida en Occidente y presente en multitud de templos románicos y de la Edad Media. La profesora de la Universidad del País Vasco Eukene Martínez de Lagos, cuyas publicaciones son referencia en este tema, sitúa el origen de esta imagen en las representaciones clásicas de Gea, Tellus o Madre Tierra, que era mostrada amamantando a todas las criaturas, y que se iría metamorfoseando por la cristiandad hasta llegar a la lujuria y su castigo. La mujer no amamanta a los animales sino que es atacada por ellos. Y según, así se va consolidando durante la Edad Media el pensamiento misógino y la imagen de la mujer como el pecado en sí misma. A menudo se la representaba junto a un “Green man” u hombre de los bosques, que era su pareja (Figs. 110 y 111).
Esta idea tuvo como mayores defensores a los monjes de los monasterios. Dado que la castidad era uno de sus principales votos, la lujuria era el objetivo a vencer. Y en el pensamiento de los grandes abades y reformadores de las órdenes monásticas se temía a la mujer “la mujer es casi tan poderosa como el demonio. Ella es su instrumento, y él la utiliza para ocasionar la ruina de los santos”. Y estaban tan seguros de sucumbir a su tentación que no querían que los monjes estuvieran expuestos a ella. San Bernardo decía “vivir con una mujer sin ceder al peligro es más difícil que resucitar a los muertos”. Incluso la regla de la orden de Cluny no permitía que ninguna mujer traspasara los límites del monasterio. Y en las reglas del Císter ni siquiera se les permitía acercarse a las puertas del monasterio y se rechazaba incluso la limosna de una mujer. Si una mujer entraba en la iglesia, el servicio religioso se
suspendía, el abad era castigado y los hermanos castigados a pan y agua (187).
Sin embargo, no se puede señalar como responsable de esa imagen de pecado sexual a la religión cristiana exclusivamente. La moral estoica del mundo clásico ya planteaba esta afinidad a la ideología cristiana en algunos aspectos con respecto al sexo. Los estoicos condenaban determinadas actuaciones o modelos de relación en base a una serie de principios sociales. Y en muchos cultos paganos la castidad o la abstinencia sexual ya existía como valor religioso. En los cristianos además se añadía la idea de que el sexo y la mujer acercaban al mal. Así, mujer, sexo y Satán aparecen íntimamente unidos.
Según los expertos en el tema los factores del mundo clásico implicados en que la serpiente y figura femenina adquirieran connotaciones negativas estaría la mostruología femenina (Hidra, Gorgonas, Lamia, Medusa) la magia y brujería (Hécate), los cultos fálicos (Hermes, Dionisos), misterios palingenésicos (Dionisos, Demeter) filósofos como Platón, Aristóteles y corrientes cómo los estoicos junto con ideas y estructuras patriarcales en el ámbito de la familia y legislación. Después vino el Judaismo con el tandem Eva/Serpiente y la idea del pecado y caída de los ángeles y finalmente el Cristianismo con San Pablo y la analogía Serpiente/Satán.
También en este aspecto, y durante un tiempo, hubo un reducto aparente en el que se refugió la antigua imagen de la feminidad que fue la herejía. Durante los primeros siglos del Cristianismo una de las más atrayentes fue la de los gnósticos que recuperaban muchos elementos de viejos cultos y creencias del pasado reciclándolos para el cristianismo. En un apócrifo gnóstico nos encontramos con este relato del Génesis: Entonces el Principio Espiritual femenino llegó (en) la Serpiente, la Instructora; y les enseñó diciendo, “¿Qué es lo que (os) dijo?”. ¿Fue esto: “De todos los árboles comerás; pero del (árbol) del conocimiento del mal y del bien no comerás”? La mujer carnal dijo “No sólo dijo”No comáis” sino “No lo
toquéis; porque el día en que comáis de él, de muerte moriréis”. Y la Serpiente, la Instructora, dijo: “de muerte no moriréis; pues por celos os dijo eso. En cambio vuestros ojos se abrirán y seréis como dioses, conocedores del mal y del bien”. Y el Principio Instructor Femenino abandonó la serpiente…(188).
En este texto es la feminidad la que insta a la rebeldía no para hacer caer a los humanos en desgracia sino para brindarles el conocimiento. Algunas escuelas gnósticas, no todas, se verán influidas por la idea de que tanto el hombre como la mujer estaban en igualdad y habían sido concebidos a imagen de Dios. Pero convertida la Iglesia en Imperio Católico, la herejía, junto con la serpiente, encarnación del demonio e imagen antigua de la feminidad divinizada, serán vencidas aunque no definitivamente aplastadas.
Mujeres, danzas y serpientes
En el Arte las serpientes no sólo han estado presentes en formatos como pintura, escultura, etc. sino que también han formado parte importante de movimientos en danzas de diferentes épocas y culturas. Es frecuente encontrar referencias de la antigüedad y pruebas iconográficas de danzas con serpientes o con movimientos serpenteantes en ceremonias religiosas o sociales. Esto se ha mantenido en Oriente en Danzas de Egipto, Persia, India, etc.
pero este movimiento no se ve en Occidente ni en el folklore ni en las danzas clásicas. En la mayoría de pueblos que han mantenido danzas ancestrales se observa que incluyen movimientos serpenteantes como un parte del movimiento natural orgánico y primario. Y estudiosos del tema han comprobado que este movimiento, al igual que el pélvico, es una característica universal de la génesis de la danza. Y siguiendo la definición de Patricia Passo, experta en la visión antropológica de la danza en Oriente y Occidente “La ondulación estaría claramente vinculada a la regeneración de la energía, al redondeo del ciclo constante, al movimiento infinito de la serpiente” (189).
El abandono en Occidente de ese movimiento probablemente fuera debido al desarrollo de la ideología que relacionaba lujuria/mujer/serpiente como trilogía del pecado y se veían como movimientos relacionados con el paganismo.
Durante la Edad Media las danzarinas musulmanas cuyas danzas eran orientales, y de las que hay imágenes en capiteles románicos y en textos de la época, eran consideradas también imagen y símbolo de la lujuria y el pecado (190). Estas danzarinas ya eran conocidas en la época fenicia relacionadas con el culto a Astarté que era la diosa de la vida animal y vegetal y del amor por su relación con la fecundidad y la maternidad, tanto en el aspecto familiar como en el sensual y voluptuoso. Fue la patrona de la prostitución sagrada, ejercida por hombres y mujeres en los templos. En la Biblia aparece como Astoret ya que esa inclusión de vocales procedentes de la palabra hebrea boset, vergüenza, fue usada para desprestigiar a las divinidades paganas. En España, se ha descubierto un santuario a Astarté en el Carambolo Alto (Camas, Sevilla) (Fig. 112).
La consideración que tuvo el cuerpo durante la Edad Media fue de “abominable vestimenta del alma” como lo calificó el papa Gregorio Magno. Heredada de concepciones de Platón, Aristóteles o de los primeros ascetas cristianos como Orígenes. Sin embargo, es el Cristianismo el responsable de dar impulso definitivo a la depreciación del cuerpo y de la sexualidad. De ahí la valoración de la virginidad y castidad que hace San Pablo: “Es bueno para el hombre abstenerse de la mujer”.
El desprecio al cuerpo encuentra justificación intelectual en San Agustín y San Isidoro de Sevilla que considera que “las actividades dirigidas al bienestar físico de los hombres son vanidades de la carne que distraen el alma de su búsqueda interior” Obviamente la parte carnal y sensual recae en la figura femenina y así es la mujer la representación de este pecado y la lujuriosa el motivo iconográfico más difundido. Y así la imagen de la serpiente y la figura femenina se establece en relación a la consideración que se tenía del cuerpo en esa época y se utilizó para transmitir mensajes acordes con las ideologías predominantes. Y durante toda la Edad Media en Occidente y a través de la ideología cristiana se va
asentando un pensamiento del cuerpo femenino como algo pecaminoso y que debe ser controlado.
No sólo en Occidente se han considerado pecaminosas las danzas serpenteantes sino que en algunos países orientales en los que rigen costumbres morales estrictas, como los países con influencia del Islam, aunque las danzas serpenteantes están presentes, sólo se ejecutan en el ámbito privado, sin mezcla de sexos y, si se hace en público, también se consideran un símbolo de la lujuria. En estos países la danza se ha intentado mantener en la esfera de lo ritual y privado, no sólo cómo actividad lúdica.
Sin embargo, durante el siglo XIX la Revolución Industrial ocasionó un cambio tremendo en la sociedad y dio origen a una serie de corrientes de pensamiento y figuras de artistas innovadores en el pensamiento y en el Arte en sus diferentes vertientes, pintura, escultura, danza, cultura audiovisual, etc. Coincide además con una época de “orientalismo” fomentada por la época colonial que acercaba a Occidente la cultura Oriental, y con ella a sus danzas serpenteantes. En este aspecto figuras innovadoras de la danza como Loïe Fuller, Isadora Duncan, Ruth Saint-Denis que desarrollaron la Danza Libre en la que utilizaban
movimientos orgánicos, serpenteantes, y en muchos casos procedentes de danzas orientales, fueron clave para llegar hasta la Danza Contemporánea. Y curiosamente en esas expresiones artísticas las mujeres implicadas fueron consideradas unas revolucionarias sociales. Y no sólo en la danza clásica sino también en las artes escénicas en general a través de artistas como Carmen Tórtola Valencia musa de la intelectualidad española de la época.
Desde finales del siglo XX hasta la actualidad, la Danza Oriental ha evolucionado en Occidente a formatos que condensan la cultura de la globalización como el American Tribal Style, Danza Oriental Teatralizada y Danza Fusión Oriental intentando rescatar valores humanísticos de culturas de todo el mundo y adquiriendo movimientos de distintas procedencias como de danzas egipcias, hindúes, de tribus africanas, indígenas americanos, etc. También en la pintura, artistas de diferentes corrientes han utilizado a la serpiente en sus obras dando idea de la contemporaneidad del símbolo. Podemos verla en autores de vanguardia como William Blake, Henri Rousseau, Gustav Klimt y otros, recuperando en muchas ocasiones temas clásicos como el Árbol del Jardín del Edén, Eva, mitos de la antigüedad, etc. pero con
imágenes muy diferentes de las que se veían en los siglos anteriores (Fig. 113). Se podría decir que eran las ideas de las corrientes consideradas “paganas” bajo el pensamiento cristiano las que se volvieron a recuperar y que, en general, la imagen de la serpiente es amable y aparece como compañera de Eva, más que como enemiga. Y aunque también se sigue representando con sus características negativas, en general la concepción positiva es predominante. Incluso artistas precursoras de corrientes minimalistas como Jo Baer en su última etapa incluyen en una de sus pinturas una serpiente con cabeza humana.
Hoy en día también es frecuente que la imagen aparezca en la publicidad de diferentes productos como se ha podido comprobar en la sección. Y este año de 2013, para la exposición de Francisco Durrio (1897-1961) en Bilbao se eligió para el cartel que la anunciaba el broche “Cleopatra” (Fig. 114) en el que se puede ver una serpiente que a su vez está enrollada enmarcando la escena.
En los últimos años podríamos destacar dos hechos fundamentales y que caracterizan el Arte de nuestra época: a) la globalización en el arte se nutre de manera continua de elementos procedentes de todas las culturas del mundo dando cómo resultado obras de arte que fusionan conceptos de todo el mundo y ya no se puede ver una separación iconográfica característica de Oriente y Occidente y b) un factor a tener en cuenta es que los medios audiovisuales y de comunicación de masas están omnipresentes y que, mediante la tecnología de alta definición y la realidad virtual, las imágenes no sólo no han perdido su poder y seducción sino que ha alcanzado cotas inimaginables. Los formatos actuales han cambiado y son graffitis, comics, tatuajes, video, etc. pero los conceptos y el simbolismo permanecen.
En una de las manifestaciones más actuales, el Body Art, se desarrollan propuestas artísticas que implican al cuerpo de las mujeres como un espacio de reivindicación y se convierte en un formato para narrar y expresar deseos y plasmar la realidad y falsedad de los roles femeninos.
En la actualidad, la mayoría de artistas utilizan la danza y la performance para establecer un medio en el que el cuerpo funciona de lo minúsculo a lo cósmico, desde el cuerpo a la mente y desde lo masculino a lo femenino, es decir, de manera dual, como la serpiente.
Una de las artistas más conocidas es ORLAN que, representante de la corriente del Body Art, lleva el formato de las artes visuales y de la consideración del cuerpo como formato visual al límite para utilizarlo como vehículo de protesta social. Realiza una agresiva y directa aproximación hacia la violenta forma en que el cuerpo de la mujer es manipulado y agredido por los imperativos de la sociedad actual sometiéndose incluso a operaciones estéticas continuas (191). Este formato hereda planteamientos de las teorías del cibercuerpo, el cyborg, híbrido entre lo orgánico y lo inorgánico, lo humano y lo artificial, y, en definitiva, lo dual. Y en algunas de sus obras más actuales las serpientes están presentes a través de estructuras acopladas a su cuerpo pero, curiosamente, en sus primeras épocas, como en la imagen de la
figura 113, la propia ORLAN adopta una postura que recuerda a una cobra erguida y que, automáticamente, me ha traído a la mente la imagen de las bailarinas de Guedra del pueblo
Tuareg (Fig. 114), y a las Ouled Nail de Argelia (Fig. 13), o a las danzarinas musulmanas de los capiteles románicos (Fig. 48) y cuyos movimientos pudieran quizás proceder de las sacerdotisas de Astarté, como en una expresión visual del eterno devenir, de la serpiente que se muerde la cola.
CONCLUSIONES
1- La serpiente está en el lenguaje iconográfico de todas las culturas del mundo presentando significados multivalentes y duales que se pueden explicar por la propia biología de los ofidios. Se le ha considerado símbolo de vida y muerte, encantamiento y sensualidad, sutileza y astucia pero también maldad y perversidad mostrando un continuo balanceo entre la bondad creadora pero también la maldad destructora. Y así la encontramos como motivo iconográfico con el significado de la vida eterna, de la salud, de la creación del universo, de la sabiduría, del pecado y del contacto con el “más allá” y el inframundo, entre otros.
2- Todas las civilizaciones referidas en el presente estudio tienen deidades y seres que se representan acompañadas de serpientes o en las que parte de su cuerpo es una serpiente y mitos y leyendas de las que forman parte. En muchas de ellas son híbridos de seres humanos u otros animales asimilando entonces también sus características. Una de la imagen más frecuentemente encontrada es la serpiente con cabeza humana que se puede encontrar en múltiples representaciones de la serpiente del Árbol del Jardín del Edén, en códices otomanos, en cerámica inca o en cuadros de pintores de vanguardia.
3- Los símbolos más frecuentemente encontrados en todo el mundo han sido el ouróboros, o serpiente que se muerde la cola, y el caduceo imagen de dos serpientes enfrentadas entre sí. Estos símbolos aparecen en diferentes culturas de todas las épocas pero no con el mismo significado por ello se debe poner como referencia la cultura de procedencia del símbolo para realizar una correcta interpretación de su significado. Y también tener en cuenta que la mentalidad del siglo XXI con la que observamos esos símbolos no es la misma que la de los artistas y la sociedad de la época en que se realizaron.
4- La relación serpiente y figura femenina se asentó en civilizaciones de la antigüedad donde fue muy venerada y se asociaba principalmente a numerosas deidades femeninas representando sobre todo a la Madre Tierra y relacionadas con la fertilidad, la salud, la belleza y la sensualidad. Esto cambió radicalmente a partir de los Griegos y Romanos y de las Religiones centradas en lo masculino como el Cristianismo, Judaísmo e Islam. En ellas, la serpiente y la mujer van a sufrir una demonización y se les relacionará a partir de ese momento con el pecado y la maldad. La necesidad de difundir este concepto, que partió de hechos bíblicos como el Pecado Original y fue desarrollado por los Padres de la Iglesia durante los primeros siglos del Cristianismo, ha dado lugar a multitud de representaciones del Árbol del
Jardín del Edén en las que Eva y la serpiente, casi siempre representada con cabeza femenina, son figuras complementarias o la misma.
5- El pecado de desobediencia en el Jardín del Edén se fue transmutando a lo largo de los años desde ciertas corrientes cristianas y a través de los monjes en los monasterios en un pecado “de la carne“. Así, en la Edad Media se desarrolló todo un patrón iconográfico concreto denominado la lujuriosa o “femme aux serpents” a través de una mujer mordida en los senos, orejas o sexo por serpientes, sapos u otros animales y que se encuentra en numerosas iglesias románicas de Europa. Este concepto del castigo en los lugares que se hubiera pecado está fundamentado tanto en textos cristianos como en hadices musulmanes. Se cree que la imagen es una metamorfosis de las representaciones de la Madre Tierra de la antigüedad que se representaba frecuentemente como una mujer amamantando animales.
6- El ideario difundido en Occidente a través de corrientes cristianas apoyadas por las representaciones anteriores y los textos fueron asentado durante siglos un pensamiento de misoginia que ya venía desarrollándose del mundo clásico a través de mitos griegos, de filósofos como Platón y Aristóteles, médicos como Hipócrates y Galeno y de las corrientes de los Estoicos. En todas ellas el nexo común era la consideración del cuerpo como algo pecaminoso y así lo reflejan numerosas obras de arte de esa época. Todo lo relacionado con la Naturaleza y los instintos queda relegado a la herejía y dentro de ella las mujeres, las serpientes y las danzas aparecen como un punto central. De esta manera las representaciones en capiteles románicos de danzarinas musulmanas en posturas de danzas orientales también se usaron como motivo iconográfico del pecado de la lujuria.
7- A partir del siglo XIX y partiendo del impulso de la Revolución Industrial se produce un deseo de cambio en el pensamiento anterior y hay una explosión de movimientos artísticos renovadores, modernistas, tanto en pintura, arquitectura, danza, etc. que coinciden con un gusto por lo oriental fruto del colonialismo. Artistas de diferentes tendencias vanguardistas e innovadoras siguen utilizando en sus obras temas relacionados con Eva o con serpientes con cabeza humana como vehículo de expresión. En danza se fomentan los movimientos orgánicos de las danzas orientales y se libera el cuerpo de ataduras para desarrollar en un primer momento la Danza Libre, y más tarde, la Danza Contemporánea y numerosas figuras de la Belle Epoque y de la Danza Clásica utilizaron no sólo la danza sino la estética oriental en sus espectáculos.
8- Durante finales del siglo XX hasta la actualidad el fenómeno de la globalización y el desarrollo de los medios audiovisuales de masas han producido un cambio tremendo en los formatos visuales. Las imágenes tienen más poder que nunca y son capaces de crear una realidad virtual que está siendo un paradigma antropológico cultural, pero que muchos artistas están utilizando precisamente para hacer visibles minorías y grupos de población oprimidos. En este aspecto, la utilización del cuerpo como formato visual ha desarrollado corrientes artísticas como el Body Art en el que muchas artistas tratan la visibilidad femenina a través de formatos novedosos y variados. Esta corriente renovadora también ha llegado a la danza a través de la fusión Oriente-Occidente dando estilos como American Tribal Style, Danza Fusión Oriental y Danza Oriental Teatralizada que son ejemplo claro de la iconografía de mujer-serpiente de la posmodernidad.
Las mujeres nos negamos a ser hojas
muertas
arrastradas por las oscuras sombras de
la vida.
Ven Ada Byron en nuestra ayuda
que tu espíritu sople en la red
un aliento de matemática poesía
que el software a tu nombre
juegue un solitario
con los sueños que no mueren
los que trenzan el encanto de los
números
a la música de doble hélice
que fotografió la olvidada Rosalind
Franklin
antes que Watson y Crick la imaginaran.
¿Qué tiene que ver la pena de muerte
y el destino de las ballenas?
Son el eje y el radio del mismo sino
en la telaraña global.
Carmen Campelo, La red de Shakti (2012)
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